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    Regañan a Fátima Bosch en pleno «live» a punto de comer una hamburguesa

    La Miss Universo 2025, Fátima Bosch, protagonizó un momento viral la noche del martes 2 de diciembre durante un live de Instagram desde un restaurante de comida rápida. A punto de morder su hamburguesa, una voz fuera de cámara la interrumpió: “No, apágalo”. La tabasqueña, sorprendida, replicó: “¿Qué? ¿No puedo? Uy”, antes de cortar la transmisión abruptamente. El clip, que muestra solo su refresco y la comida intacta, desató especulaciones sobre reglas estrictas del certamen y sumó combustible a las controversias que envuelven su reinado desde Bangkok.

    El incidente, visto por miles en tiempo real, generó un torbellino en redes: memes de “hamburguesas prohibidas” y debates sobre si la corona exige perfección 24/7. “¿Qué tiene de malo? La gente come hamburguesas”, dijo Bosch en el video, defendiendo lo cotidiano en un rol que ella misma describe como “un trabajo de tiempo completo”.

    ¿Prohibición de comida chatarra o malentendido privado?

    El video, compartido por fans y medios como Infobae, acumula millones de vistas en TikTok y X. Seguidores especulan que la interrupción vino de su equipo o la organización Miss Universo, citando “etiqueta de imagen” que desalienta shows informales con fast food. “Miss Universo es un trabajo. Todo cuenta, desde el primer día”, explicó Bosch en una entrevista reciente, aludiendo a la vigilancia constante.

    Pero fuentes cercanas a la modelo, citadas por TVyNovelas, sugieren un malentendido con un acompañante privado, no oficial. “Fátima es humana; quiere mostrar su lado real, pero el escrutinio es brutal”, comentaron. El live formaba parte de su agenda relajada en Nueva York, su base para el año de reinado, donde ya ha lidiado con filantropía y apariciones mediáticas.

    Controversias a la corona: De regaños en Bangkok a acusaciones de fraude

    Este episodio trivial palidece ante el torbellino que rodea a Bosch desde su coronación el 21 de noviembre en Tailandia. Días antes, durante la ceremonia de bandas, el director nacional tailandés Nawat Itsaragrisil la regañó públicamente por “no promocionar lo suficiente” en redes, llamándola “tonta” en vivo. El incidente provocó una protesta masiva: Bosch y candidatas como la saliente danesa Victoria Kjaer Theilvig abandonaron el lugar, generando solidaridad global y la destitución de Nawat.

    La victoria de Bosch –cuarta mexicana tras Lupita Jones (1991), Ximena Navarrete (2010)– avivó rumores de amaño. Tres jueces renunciaron alegando “fraude y corrupción”, y Nawat demandó a la modelo por difamación. “La organización es transparente, y este triunfo me lo gané con arduo trabajo”, respondió Bosch al llegar a Nueva York, donde enfatizó: “Cuando hay una verdad certera, no se necesita defenderse”.

    Rumores de lazos familiares con la franquicia –su padre, empresario petrolero– y presiones políticas alimentan el escándalo. “Por cada mensaje malo hay 300 buenos”, minimiza ella, enfocada en su agenda: “Me faltan cosas por aprender, pero estoy feliz con este compromiso”.

    Bosch, de 25 años y egresada en diseño de modas, usa su plataforma para empoderar: “A las niñas en casa, les digo que importa más lo que tienes en la mente y el corazón. Yo sé lo que soy”. Su defensa resuena en un certamen en crisis: dueños investigados por fraude y demandas cruzadas.

    El live de la hamburguesa, aunque menor, humaniza a una reina asediada. ¿Regla implícita o capricho? Bosch no ha aclarado, pero su silencio aviva el debate: en el mundo de la belleza, ¿hasta una mordida es escándalo? Mientras, su corona brilla entre sombras, recordando que ser Miss Universo es, ante todo, sobrevivir al escrutinio.

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