El gobierno mexicano recibió una advertencia directa de Washington sobre operaciones de inteligencia rusas en territorio nacional, incluida una lista de agentes encubiertos que operaban bajo cobertura diplomática, pero no tomó acciones para expulsarlos. Así lo asegura una investigación del New York Times, que describe un crecimiento acelerado de actividades del GRU ruso en Ciudad de México y zonas turísticas, impulsado por la cercanía con Estados Unidos y una respuesta oficial considerada insuficiente. El reportaje afirma que las autoridades mexicanas fueron informadas durante años y aun así optaron por minimizar el riesgo, pese a la presión de altos funcionarios estadounidenses.
México como plataforma de espionaje ruso
De acuerdo con el NYT, los espías rusos utilizan la capital mexicana y destinos de playa como Cancún para reunirse con sus contactos, transferir información y evitar los sistemas de vigilancia de Washington. Nueve funcionarios mexicanos y estadounidenses explicaron que la administración de Andrés Manuel López Obrador fue notificada en múltiples ocasiones sobre estas operaciones. Incluso, la CIA entregó más de dos docenas de nombres de agentes rusos que operaban desde la embajada y otras sedes diplomáticas. Pese a la gravedad del señalamiento, no se ordenaron expulsiones.
«El gobierno mexicano ayudó, pero podría haber hecho mucho más», dijo Juan González, exdirector para Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU., citado por el diario. Según el reportaje, varios de los agentes rusos identificados habían participado en operaciones sofisticadas en Europa, lo que encendió alertas en Washington.
La investigación destaca que los destinos turísticos funcionan como cobertura ideal. Millones de visitantes estadounidenses llegan cada año, lo que permite a los agentes rusos moverse sin levantar sospechas. Duyane Norman, exjefe de operaciones de la CIA en América Latina, señaló que la proximidad es un elemento decisivo para reclutar y operar fuentes en Estados Unidos. «Rusia puede actuar con mayor impunidad en México; no hay tantos ojos sobre ellos», afirmó.
Las agencias mexicanas, enfocadas principalmente en amenazas internas como el crimen organizado, cuentan con menos experiencia en espionaje extranjero. Eso, según el NYT, facilita el margen de operación de la red rusa.
Advertencias ignoradas en dos administraciones
Funcionarios estadounidenses reiteraron sus advertencias desde 2022, cuando insistieron al gobierno mexicano en que el problema iba en aumento. La entonces subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, dijo a Marcelo Ebrard: «Sí son un problema. Lo sabemos, expulsamos a muchos de ellos de Washington y ahora están aquí», de acuerdo con fuentes consultadas.
Pese a esos mensajes, no hubo expulsiones. Fuentes actuales y recientemente retiradas señalaron que, incluso con la llegada de la presidenta Claudia Sheinbaum, los agentes ya establecidos permanecen en el país sin restricciones adicionales.
El reportaje menciona también los esfuerzos de Rusia por impulsar campañas de desinformación dirigidas a la sociedad mexicana, con el objetivo de sembrar rechazo hacia Estados Unidos y Europa. Estas operaciones motivaron que diplomáticos de Francia y Reino Unido expresaran su preocupación ante la Secretaría de Relaciones Exteriores. Como respuesta, la embajada de Estados Unidos creó este año un puesto dedicado exclusivamente al análisis de Rusia.
El NYT recuerda que México ha sido históricamente un terreno fértil para la inteligencia rusa. Durante la Guerra Fría se le conoció como «la Viena de América Latina» debido a la presencia de agentes extranjeros. Tras la invasión rusa a Ucrania y la expulsión de más de cien operativos rusos en Europa y Estados Unidos, Moscú habría trasladado parte de su personal especializado a la capital mexicana.
En 2022, el general Glen VanHerck, jefe del Comando Norte, dijo ante el Senado estadounidense: «La mayor parte de miembros del GRU en el mundo está ahora mismo en México». Afirmó que los agentes observan de cerca oportunidades para influir en los intereses estadounidenses.
La postura del gobierno mexicano se enmarca en su política de neutralidad
Aunque ha respaldado en la ONU resoluciones favorables a Ucrania, no ha impuesto sanciones ni enviado ayuda militar. Además, funcionarios mexicanos han sostenido encuentros cordiales con representantes rusos, incluido un encuentro reciente entre el canciller Juan Ramón de la Fuente y su homólogo Serguéi Lavrov.
Para Moscú, América Latina es un frente estratégico. Nikolai Patrushev, jefe del Consejo de Seguridad ruso, dijo en una gira reciente: «La importancia de esta región para Rusia está creciendo rápidamente».
El NYT concluye que presionar a los vecinos de Estados Unidos es una forma de respuesta del Kremlin al apoyo de Washington a Ucrania. Duyane Norman resumió: «México es la puerta de entrada a América Latina, y los rusos lo saben».
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