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    Sheinbaum rechaza posible ataque militar de EE. UU. en México y exige respeto bilateral

    La presidenta Claudia Sheinbaum cerró la puerta a cualquier escenario que implique acciones militares de EE. UU. en territorio mexicano, luego de que el presidente estadounidense Donald Trump afirmara que vería con buenos ojos ejecutar ataques contra cárteles en México. Las declaraciones, hechas en un momento de tensiones crecientes por la Operación Lanza del Sur, reavivaron el debate sobre los límites de la cooperación bilateral en seguridad.

    Con un tono directo, Sheinbaum aseguró que dicho escenario “no va a ocurrir” y reiteró que ninguna estrategia conjunta incluye injerencias extranjeras, pese a la presión del mandatario norteamericano y su descontento público con el avance del combate al narcotráfico. La mandataria recordó que los canales diplomáticos siguen activos, aunque evitó detallar la llamada «aclaración» posterior que mencionó.

    Escenario tenso por presión estadounidense

    Sheinbaum remarcó que, aunque Trump ha planteado en varias ocasiones la posibilidad de acciones militares dentro de México, la respuesta del gobierno mexicano ha sido firme. Explicó que en comunicaciones previas, tanto telefónicas como en reuniones de alto nivel, se ha dejado claro que la cooperación bilateral no contempla ataques ni intervenciones en territorio nacional. Esta posición mexicana contrasta con el discurso del presidente estadounidense, quien insistió en que estaría dispuesto a autorizar ataques contra grupos criminales si lo considera necesario. «Por mí está bien», dijo Trump durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, señalando que estaría «orgulloso» de hacerlo.

    El mandatario estadounidense afirmó también que mantiene pláticas con el gobierno mexicano y que «saben» cuál es su postura. Reconoció sentirse «no contento» con México, al insistir en que las drogas han provocado cientos de miles de muertes en EE. UU. Las afirmaciones marcan un giro en su tono, ya que previamente había elogiado la cooperación con la presidenta mexicana. Este cambio refleja la creciente presión política generada por la Operación Lanza del Sur, una estrategia militar estadounidense que ya ha elevado tensiones en toda la región.

    La operación ordenada por Trump desde septiembre ha resultado en la destrucción de más de veinte lanchas en aguas cercanas a Venezuela y Colombia, además de la muerte extrajudicial de más de 70 personas catalogadas por EE. UU. como «narcoterroristas». El despliegue ha provocado preocupación internacional ante el riesgo de que escale hacia acciones dentro de países soberanos, incluida Venezuela, cuyo gobierno ha denunciado el operativo.

    México, que enfrenta sus propios desafíos en seguridad, busca mantener abierta la vía diplomática sin permitir que la narrativa estadounidense avance hacia escenarios de intervención. Para analistas, la postura de Sheinbaum busca mantener equilibrio entre firmeza y cooperación, evitando que las tensiones escalen hacia una crisis bilateral.

    La línea roja de México ante Washington

    La presidenta mexicana reafirmó que la cooperación con EE. UU. incluye intercambio de información, operativos coordinados y reforzamiento de capacidades, pero jamás operaciones unilaterales de carácter militar dentro del país. Repitió que la soberanía es una línea roja infranqueable. Aunque no ofreció detalles sobre la «aclaración» que mencionó tras las declaraciones de Trump, dijo que la relación bilateral continúa activa y funcional.

    Para el gobierno mexicano, las declaraciones del mandatario estadounidense tienen un impacto político significativo, especialmente en un contexto regional marcado por el endurecimiento de la política antidrogas y las acciones agresivas ya observadas en el Caribe. Las palabras de Trump reavivan un debate que en México provoca rechazo generalizado: la posibilidad de que fuerzas militares extranjeras actúen dentro del país.

    La mandataria insistió en que México sigue comprometido con el combate al crimen organizado, pero desde un enfoque propio y respetando la frontera entre cooperación e intervención. La presidencia considera que esta posición fortalece la relación bilateral al evitar confusiones o expectativas inviable por parte de Washington.

    La tensión en torno a la Operación Lanza del Sur continuará en las próximas semanas, mientras se define si las acciones estadounidenses avanzan hacia un escenario aún más riesgoso en la región. Por ahora, la postura de Sheinbaum pretende cerrar de forma categórica la puerta a cualquier incursión militar en México.

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