La ofensiva de Washington contra instalaciones nucleares iraníes agita los mercados: el petróleo se dispara, el peso se debilita y los inversionistas huyen hacia activos refugio.
Los precios del crudo arrancaron la semana con un alza marcada en los mercados asiáticos, tras el bombardeo ordenado por el presidente Donald Trump contra blancos estratégicos en Irán. El Brent subía 2 % a 76.39 dólares por barril, luego de escalar hasta 5.7 % al inicio de la jornada. El WTI, por su parte, avanzaba 1.77 % a 75.2 dólares, su nivel más alto en seis meses.
Mientras tanto, el dólar se fortalecía ante la mayoría de sus pares globales y el índice DXY ganaba 0.30 %, ubicándose en 99 unidades. Los bonos del Tesoro de EE. UU. también registraban un leve repunte, reflejando el desplazamiento de capitales hacia activos considerados seguros ante la tensión en Medio Oriente.
Caída bursátil y alerta inflacionaria
En contraste con el petróleo, las bolsas de Asia comenzaron la semana en rojo: Taiwán retrocedía 1.49 %, Malasia caía 1.44 % y Japón bajaba 0.59 %. En Wall Street, los futuros del S&P, Dow Jones y Nasdaq también reportaban pérdidas entre 0.28 % y 0.37 %.
Los analistas advierten que la evolución de la crisis dependerá del temor que despierte entre los inversionistas. Gabriela Siller, directora de análisis de Banco Base, señaló que el cierre del estrecho de Ormuz —que transporta más de 15 millones de barriles diarios— podría elevar el Brent hasta los 90 dólares por barril, con fuertes presiones inflacionarias globales.
Incertidumbre, represalias y volatilidad
La atención está centrada en la posible reacción de Irán. Si responde con un cierre de Ormuz o ataca intereses de EE. UU. o Israel, el repunte del crudo podría ser aún más violento. Según Goldman Sachs, una reducción de 1.75 millones de barriles diarios en la oferta iraní empujaría al Brent hasta los 110 dólares.
Josh Gilbert, analista de eToro, afirmó que esta “incertidumbre se ha vuelto la nueva normalidad” en los mercados. Para él, el nerviosismo persistirá mientras no haya señales claras de desescalada. Ben Zala, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Monash, consideró inevitable una represalia iraní. “El mercado reaccionará con alta sensibilidad ante cualquier movimiento militar”, advirtió.
El peso también paga el precio
La tensión geopolítica pasó factura al peso mexicano, que se depreció 0.51 % al cerrar en 19.26 unidades por dólar la noche del domingo. El viernes había terminado en 19.1683, cortando una racha de dos semanas al alza.
James Salazar, subdirector de análisis en CI Banco, explicó que el nerviosismo global amplificó la aversión al riesgo hacia mercados emergentes. También apuntó que persiste la incertidumbre monetaria en EE. UU., luego de que la Reserva Federal proyectara solo dos recortes de tasas en lo que resta del año.
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