En plena escalada del conflicto entre Irán e Israel, el ayatolá Ali Khamenei rompió cualquier expectativa de tregua con una serie de mensajes públicos que combinan simbología religiosa, amenazas explícitas y referencias directas a posibles ataques contra Estados Unidos. Su publicación, acompañada de imágenes cargadas de significado bélico, coincidió con una jornada de ofensivas balísticas y bombardeos entre ambas naciones.
La cuenta oficial de Khamenei en la red X difundió un mensaje con tono marcadamente religioso: “En el nombre de Haidar, comienza la batalla. Alí regresa a Khaybar con su Zulfiqar”. La frase alude al cuarto califa del islam y primo del profeta Mahoma, símbolo del chiismo y guerrero venerado en Irán. La ciudad de Khaybar, mencionada en la publicación, es una referencia histórica a una antigua conquista musulmana sobre una comunidad judía, interpretada hoy como justificación simbólica de un enfrentamiento militar.
Khamenei apunta contra EE. UU. y descarta toda diplomacia
Horas después del mensaje, el líder iraní lanzó una nueva advertencia: “Debemos dar una fuerte respuesta al régimen sionista terrorista. No les vamos a mostrar piedad”. En paralelo, se registraron dos ataques con misiles contra territorio israelí, seguidos de una ofensiva aérea de las Fuerzas de Defensa de Israel sobre Teherán. Las FDI difundieron una alerta en idioma farsi, dirigida a los habitantes del Distrito 18 de la capital iraní, solicitando su evacuación inmediata.
Según reportes de Human Rights Activists, ONG con sede en Washington, los bombardeos israelíes causaron al menos 585 muertos y más de 1,300 heridos en Irán. Las cifras incluyen 239 civiles y 126 miembros de fuerzas de seguridad. Infraestructura militar y zonas residenciales sufrieron daños considerables, sin que el régimen haya emitido un parte oficial sobre el balance de víctimas.
Khamenei también elevó el tono contra Washington. Tras declaraciones del presidente Donald Trump en su red Truth Social —donde aseguró que “sabemos dónde está Khamenei, pero no lo eliminaremos, por ahora”—, el ayatolá replicó: “Si EE. UU. se involucra, nuestras fuerzas atacarán sus bases en Baréin, Qatar y Emiratos Árabes Unidos. Sabemos exactamente dónde están y actuaremos si cruzan la línea roja”.
Fuentes iraníes informaron que sistemas móviles de misiles de medio alcance han sido desplegados y puestos en alerta máxima. Aunque el Pentágono no ha emitido comunicados oficiales, medios estadounidenses informan que el presidente Trump convocó a su equipo de seguridad nacional para analizar escenarios de represalia, entre ellos ataques preventivos a infraestructura militar clave dentro del territorio iraní.
El intercambio de amenazas y fuego directo no ha sido acompañado por ningún canal diplomático visible. Tanto Irán como Israel han evitado declarar formalmente la guerra, pero los hechos apuntan a una confrontación abierta y prolongada, con riesgo de extensión regional. Arabia Saudita y Turquía emitieron llamados a la moderación, sin mayor repercusión.
La guerra, por ahora, es un hecho. Y si el discurso de Khamenei se cumple, apenas ha comenzado.
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