La política migratoria en Estados Unidos ha dado un giro sin precedentes. Bajo la administración del presidente Donald Trump y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, la Patrulla Fronteriza logró en mayo una cifra récord: ningún migrante detenido por cruce ilegal fue liberado.
De acuerdo con Michael Banks, jefe de la Patrulla Fronteriza, en los últimos días se registraron 141 detenciones en la frontera suroeste, sin una sola liberación posterior. “Pasar de más de 62,000 liberaciones a cero es un récord, y vamos por buen camino”, declaró Banks en entrevista con Fox News. Aunque evitó declarar una victoria definitiva, subrayó que Estados Unidos está “más cerca de la seguridad operativa de la frontera que nunca”.
Este nuevo enfoque se traduce en un control migratorio mucho más estricto, muy distinto a lo registrado durante administraciones anteriores. Las cifras contrastan fuertemente con el mes de mayo del año pasado, cuando la gestión de Joe Biden reportó más de 62,000 migrantes liberados tras su detención.
Apoyo político directo: Trump y Noem detrás del cambio
Banks fue claro al atribuir estos resultados al liderazgo político actual. Agradeció directamente al presidente Donald Trump y a Kristi Noem, afirmando que ambos han dado a los agentes “las herramientas necesarias para hacer cumplir la ley”. Según Banks, el cambio no proviene solo de estrategias operativas, sino de una voluntad política contundente: “Sabemos cómo proteger la frontera. Solo necesitamos liderazgo”.
Estas declaraciones fueron respaldadas por Tom Homan, conocido como el “zar de la frontera”, quien celebró en redes sociales el nuevo récord como “la frontera más segura en la historia de la nación”. En una publicación del 18 de junio en X (antes Twitter), Homan indicó que solo se detectaron 95 migrantes indocumentados en toda la frontera sur durante las últimas 24 horas, la cifra más baja que se haya registrado.
Homan también arremetió contra la política migratoria de la administración Biden. “¿Cuántos fueron liberados durante el gobierno de Trump en mayo? Cero. Compárese con los 62,000 que Biden liberó en mayo del año pasado”, publicó. Añadió que este avance no debe perder impulso y llamó al Congreso a aprobar lo que calificó como la “Big Beautiful Bill”, una iniciativa legislativa para reforzar aún más la seguridad fronteriza.
Un nuevo paradigma migratorio
Este endurecimiento en las políticas migratorias marca una nueva etapa para la seguridad nacional estadounidense. Las autoridades han insistido en que no se trata solo de cifras, sino de recuperar el control territorial y disuadir la entrada ilegal. “El pueblo estadounidense lo está viendo. Y apenas estamos empezando. Aún falta mucho para terminar”, advirtió Banks.
Los elogios a la estrategia actual llegan en medio de un año políticamente cargado. Con la campaña presidencial de 2026 acercándose, la frontera vuelve a colocarse en el centro del discurso nacionalista conservador. En contraste, organizaciones de derechos humanos han señalado que las detenciones sin liberación podrían derivar en violaciones al debido proceso o en hacinamientos extremos dentro de los centros de detención migratoria.
Mientras tanto, el Departamento de Seguridad Nacional sigue fortaleciendo la cooperación entre la Patrulla Fronteriza, el ICE y otras agencias para sostener este nivel de control. El enfoque actual parece estar diseñado no solo para detener, sino también para enviar un mensaje contundente: bajo Trump, ingresar ilegalmente a EE. UU. tiene consecuencias inmediatas y no negociables.
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