La administración del presidente Donald Trump ha lanzado una nueva campaña de «autodeportación» con una oferta insólita: mil dólares en efectivo, un boleto de avión y la promesa de facilitar el regreso legal al país para ciertos migrantes. La medida, anunciada este lunes, busca reducir la población indocumentada en EE. UU. sin recurrir a arrestos masivos ni costosas deportaciones forzadas.
“Trabajaremos con ellos e intentaremos, si creemos que son buenos, darles una vía más fácil para regresar”, afirmó Trump. “Pero si no lo hacen y los tenemos que sacar después del plazo, entonces no regresarán nunca. Y eso será lo de menos, comparado con los otros problemas que tendrán”, advirtió.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), encabezado por Kristi Noem, informó que quienes acepten esta opción deberán registrarse a través de la aplicación CBP Home. El proceso incluye llenar un formulario, enviarlo a las autoridades migratorias y confirmar su salida antes de recibir los beneficios.
Según Noem, “la autodeportación es la forma más segura, económica y eficaz de salir de Estados Unidos y evitar el arresto”. Subrayó que el programa incluye asistencia de viaje y un estipendio para facilitar el retorno voluntario a los países de origen.
Una medida polémica ante limitaciones presupuestales
La estrategia surge mientras la Casa Blanca enfrenta obstáculos legales y financieros para implementar su promesa de llevar a cabo la mayor operación de deportaciones en la historia del país. Varios tribunales han suspendido la aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, utilizada como base para las órdenes ejecutivas migratorias, y la Suprema Corte ha exigido respetar el debido proceso de los migrantes.
Uno de los casos que más resonancia ha tenido es el del salvadoreño Kilmar Ábrego García, cuya deportación fue revertida por el máximo tribunal, ordenando su regreso a EE. UU. como parte de un fallo que subraya la protección de derechos constitucionales incluso para indocumentados.
Además de los obstáculos jurídicos, la falta de recursos ha dificultado el cumplimiento de las metas de detenciones. De acuerdo con el propio DHS, cada proceso de arresto, detención y deportación cuesta al menos 17 mil 121 dólares por persona.
En ese contexto, la autodeportación aparece como una alternativa “digna” y mucho más barata. “Aun incluyendo el costo del estipendio, se proyecta que el uso de CBP Home reducirá en aproximadamente 70% los costos asociados a una deportación”, indicó el DHS en un comunicado.
Hasta ahora, solo se ha confirmado que un migrante hondureño aceptó la propuesta y ya se encuentra en su país. No se ofrecieron más detalles sobre su identidad ni condiciones de regreso.
La propuesta ya genera reacciones encontradas entre activistas y defensores de derechos humanos, quienes advierten que la oferta puede ser coercitiva si se hace bajo la amenaza de castigo futuro. Mientras tanto, la administración Trump busca mostrarla como una solución pragmática ante la crisis migratoria.
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