Joaquín Guzmán López, conocido como «El Güero» e identificado por las autoridades estadounidenses como uno de los líderes del ala conocida como «Los Chapitos», decidió dejar atrás su negativa inicial y aceptará declararse culpable el próximo lunes en una Corte de Distrito del Norte de Illinois, en Chicago. El movimiento marca un giro relevante en un caso que lleva meses de aplazamientos y presiones legales, y que se desarrolla en paralelo a los procesos de otros miembros del Cártel de Sinaloa. La audiencia está programada para la una y media de la tarde y tiene como único propósito formalizar el cambio de postura del acusado. Esta confirmación se conoció en medio del fin de semana largo en EE. UU., cuando la actividad institucional suele reducirse al mínimo, lo que incrementó el impacto del anuncio.
Segunda admisión de culpabilidad en la familia en menos de seis meses
La decisión de Guzmán López se suma a la ruta que tomó su hermano Ovidio en julio pasado, cuando también aceptó declararse culpable en la misma sede judicial como parte de un acuerdo cuyo contenido permanece bajo reserva. Para Joaquín, la admisión de responsabilidad se relaciona con al menos un cargo vinculado al tráfico de drogas, aunque enfrenta tres frentes penales: narcotráfico, crimen organizado y posesión de armas de fuego. Desde 2023, fiscales y agentes federales han señalado que su papel dentro de la facción de «Los Chapitos» lo coloca como pieza clave en la producción y distribución de metanfetamina y fentanilo.
El expediente muestra que la audiencia del lunes es la tercera fecha asignada para este mismo trámite. Inicialmente estaba programada para julio, luego se movió a septiembre, más tarde a noviembre y ahora finalmente se retomará el primer día de diciembre. La jueza Sharon Johnson Coleman indicó en su más reciente resolución que se autorizaba un nuevo ajuste de agenda, aunque no detalló los motivos operativos.
El proceso también se desarrolla en un contexto donde figuras históricas del crimen organizado están redefiniendo su posición frente a la justicia estadounidense. En agosto pasado, Ismael «El Mayo» Zambada se declaró culpable de delitos de narcotráfico, lavado de dinero y uso de armas ante un tribunal federal de Nueva York. Esa admisión rompió con décadas de evasión judicial y envió una señal clara sobre la reconfiguración interna en la cúpula del Cártel de Sinaloa.
Presiones legales y cambios de estrategia en las cortes federales
La aceptación de culpabilidad por parte de Guzmán López parece parte de una estrategia impulsada por los abogados defensores para enfrentar un expediente robusto que se alimenta de operaciones de inteligencia y testimonios de alto nivel. Aunque los términos del acuerdo no se han revelado, especialistas consideran que este tipo de movimientos suelen buscar una reducción significativa de la pena y la posibilidad de evitar juicios extensos.
Además, fiscales de Chicago llevan al menos una década construyendo procesos contra los distintos niveles operativos del cártel, lo que ha derivado en acusaciones que involucran tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, operación de laboratorios clandestinos y vínculos con rutas internacionales. Para las autoridades, el paso dado por Guzmán López es un cierre parcial de un expediente prioritario.
También se considera que el avance del caso podría repercutir en otros procesos abiertos vinculados a integrantes de la misma estructura criminal, como parte de la estrategia para desmantelar lo que las agencias federales describen como la red de tráfico de opioides más agresiva del continente.
Con la cita del lunes, el gobierno estadounidense busca consolidar una serie de resoluciones en un año donde la presión contra el Cártel de Sinaloa ha sido constante. El caso se mantendrá bajo atención, sobre todo por las posibles consecuencias en la dinámica interna de la organización.
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