Con 118 votos a favor, la Asamblea General de la ONU avaló por primera vez una resolución presentada por México para garantizar que toda decisión ligada al uso de armas nucleares mantenga supervisión humana obligatoria, ante el avance de sistemas automatizados e inteligencia artificial que podrían elevar el riesgo de errores catastróficos. La iniciativa llega en un contexto mundial marcado por tensiones militares, modernización de arsenales y preocupación creciente por la incorporación de algoritmos autónomos en tareas críticas. Aunque hubo nueve votos en contra y 44 abstenciones, el respaldo mayoritario colocó a México en el centro del debate global sobre seguridad, ética tecnológica y responsabilidad internacional.
Preocupación global por decisiones autónomas
México subrayó ante la ONU que la inteligencia artificial, aplicada sin controles estrictos en procesos nucleares, puede generar escenarios impredecibles. Los países alertaron sobre fallas técnicas, errores de programación y la posibilidad de detonaciones accidentales si sistemas automatizados toman decisiones sin intervención humana. También se mencionó que las tensiones militares han incentivado a algunas potencias a integrar IA en protocolos sensibles, lo que aumenta el riesgo de respuestas rápidas sin evaluación ética.
Según la Secretaría de Relaciones Exteriores, la resolución busca que los avances tecnológicos nunca sustituyan el juicio humano en situaciones de riesgo extremo. La postura mexicana remarca que cualquier decisión vinculada con armamento nuclear debe considerar principios humanitarios, obligaciones del Derecho Internacional y análisis éticos constantes. Funcionarios señalaron que esta medida pretende evitar un escenario donde algoritmos puedan iniciar, por error, una escalada nuclear.
La resolución también plantea la necesidad de revisar de manera continua las innovaciones en materia bélica para anticipar escenarios peligrosos y fortalecer la diplomacia preventiva. Representantes de varios países coincidieron en que la regulación de IA en ámbitos militares es urgente y debe discutirse a nivel multilateral.
Trayectoria mexicana en desarme nuclear
La postura de México no es nueva. El país mantiene una tradición sólida en materia de desarme, con un hito histórico: el Tratado de Tlatelolco, firmado en 1967. Este acuerdo estableció a América Latina y el Caribe como zona libre de armas nucleares. Impulsado por Alfonso García Robles, quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1982, el tratado sigue siendo una pieza clave para la seguridad regional.
Los firmantes se comprometieron a usar la energía nuclear solo con fines pacíficos y civiles. Además, se creó el Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe, encargado de vigilar el cumplimiento del tratado. La UNESCO reconoció el documento como patrimonio documental de valor mundial, lo que demuestra su peso histórico y diplomático.
Actualmente, México continúa como uno de los actores más activos en la promoción del desarme. La aprobación de esta nueva resolución fortalece su liderazgo y proyecta una postura consistente con el legado del Tratado de Tlatelolco.
Siguientes pasos en la agenda internacional
México también impulsó otras resoluciones aprobadas en esta sesión, entre ellas las relacionadas con el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, las consecuencias humanitarias del uso de armas nucleares y consideraciones éticas para avanzar hacia un mundo sin armamento de destrucción masiva. Durante su intervención, México advirtió que existen más de 12 mil armas nucleares activas en el planeta y reiteró que un solo uso tendría efectos devastadores.
Las delegaciones coincidieron en que la supervisión humana debe mantenerse como un pilar irrenunciable ante el desarrollo acelerado de tecnologías autónomas. La comunidad internacional reconoció que los sistemas basados en IA pueden ofrecer ventajas tácticas, pero afirmaron que jamás deben sustituir el juicio humano.
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