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    CITES prohíbe comercio mundial de mantarraya, tiburón ballena y tiburón oceánico

    La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) tomó una decisión histórica al prohibir el comercio mundial de mantarraya, tiburón ballena y tiburón oceánico, al incluirlas en el Apéndice I. Este apartado protege a las especies cuyo tráfico con fines comerciales está prohibido, permitiéndose solo en circunstancias excepcionales como la investigación científica.

    La inclusión de la mantarraya y el tiburón ballena se realizó por consenso durante la Conferencia de las Partes de CITES en Samarkanda, Uzbekistán, mientras que la incorporación del tiburón oceánico de puntas blancas requirió una votación. Más de 3,300 participantes de 170 países y organizaciones debaten el futuro del comercio de especies amenazadas y la implementación de medidas que aseguren su supervivencia.

    Aunque los peces guitarra y peces cuña capturados en estado silvestre permanecerán en el Apéndice II, que permite su comercio bajo estricta regulación, la COP ha establecido cuotas cero de exportación para proteger su población. Además, en este mismo Apéndice se incluirán el cazón y el quelvacho (lija babosa), mientras que la propuesta de incluir todas las anguilas en el Apéndice II no fue aprobada.

    Buscan frenar la explotación desmedida

    En el ámbito de los equinodermos, la COP tomó decisiones diferenciadas: se aprobó la inclusión en el Apéndice II del pez arena dorado, pero otras seis especies de pepinos de mar fueron rechazadas para este nivel de protección. Estas medidas buscan equilibrar la conservación con la sostenibilidad de actividades pesqueras reguladas.

    En flora, la palma chilena, endémica de Chile central, recibió la máxima protección al ser incluida en el Apéndice I. Además, se incorporarán al Apéndice II dos palmas cola de caballo y cuatro especies de aloe, reforzando la protección de especies vegetales amenazadas y regulando su comercio internacional.

    La COP enfatizó que la prohibición del comercio mundial de estas especies es un paso fundamental para frenar la explotación desmedida y garantizar su supervivencia a largo plazo. Con estas decisiones, CITES busca enviar un mensaje contundente sobre la importancia de proteger la biodiversidad y la integridad de los ecosistemas marinos y terrestres.

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