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    Robert Lighthizer, exrepresentante comercial de EE. UU., advierte que México enfrentará negociación difícil del T-MEC 2026

    Robert Lighthizer, exrepresentante comercial de Estados Unidos, señaló que la revisión del T-MEC será compleja y podría implicar ajustes sustanciales. China, el déficit comercial y la aprobación del Congreso estadounidense se perfilan como los principales retos para México, que busca mantener relaciones equilibradas sin sacrificar su crecimiento industrial y regional.

    Lighthizer alerta sobre la dificultad de la revisión del T-MEC

    El exrepresentante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, consideró que la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) podría transformarse en una renegociación profunda, poniendo a prueba la capacidad del Gobierno de Claudia Sheinbaum para mantener el equilibrio entre socios y proteger la industria nacional.

    Durante su visita a la Ciudad de México, Lighthizer señaló que la revisión iniciada con consultas preliminares la semana pasada “será más difícil de lo que muchos esperan”, y destacó que los temas estratégicos que marcarán la negociación incluyen la relación comercial de México con China y el déficit crónico con EE. UU.

    China y el déficit comercial como focos de atención

    Según analistas, Lighthizer ve a China como una amenaza estratégica: existe la percepción en Washington de que el país asiático busca utilizar a México como vía de acceso al mercado estadounidense. Además, el déficit comercial entre México y EE. UU. se ha ampliado significativamente, pasando de 64 mil millones a 171 mil millones de dólares en casi una década.

    México ya comenzó a tomar medidas para atender estas preocupaciones, como la imposición de aranceles a países sin tratados de libre comercio —prácticamente dirigidos a China— y el aumento de tarifas sobre autos asiáticos. Sin embargo, expertos advierten que estas acciones podrían no ser suficientes para satisfacer la postura estadounidense, que demanda un alineamiento más completo.

    Desafíos legislativos y elecciones en EE. UU.

    Cualquier cambio sustancial al T-MEC requerirá la aprobación del Congreso estadounidense, lo que añade un grado de incertidumbre al proceso, especialmente considerando que en 2026 se realizarán elecciones intermedias en EE. UU. Esto implica que las negociaciones podrían alargarse o enfrentar presión política adicional desde Washington.

    A pesar de los retos, Lighthizer elogió el T-MEC como el acuerdo más “proindustria, proregional y protrabajador en la historia del mundo” y reconoció la estrategia de México de impulsar mayor contenido regional mediante el Plan México. Analistas sugieren que la nación deberá articular una estrategia amplia que involucre a grupos empresariales de EE. UU., gobiernos estatales y Canadá para fortalecer su posición negociadora.

    Conflictos abiertos y postura de EE. UU.

    La falta de concesiones por parte de la Casa Blanca en disputas previas, como los aranceles vinculados al fentanilo y diferencias en sectores como tomates y aerolíneas, demuestra la inflexibilidad que podría caracterizar la negociación del T-MEC. La administración estadounidense exige cumplir estrictamente los lineamientos del acuerdo y prioriza proteger su industria y empleo.

    Para México, el reto será equilibrar la defensa de sus intereses comerciales y la relación con China, manteniendo a la vez la estabilidad interna de su industria y la confianza de inversionistas regionales.

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