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    Flix reta a gigantes de autobuses: arranca en México con rutas desde EE. UU.

    Conectando a México con más de 1,600 destinos en Norteamérica, Flix apuesta por romper la histórica concentración del transporte interurbano. Con boletos más baratos y un modelo digital, la empresa alemana busca atraer a pasajeros y pequeños operadores, replicando el éxito logrado en Europa y Estados Unidos.

    Un mercado millonario en disputa

    El mercado mexicano de autobuses de larga distancia mueve unos 8,000 millones de dólares al año, el tercero más grande del mundo, solo detrás de China e India. Este potencial explica la entrada de Flix, que eligió a México como su primer país en Latinoamérica.

    “En promedio, los precios aquí en México son 130% más altos. Y eso es una gran oportunidad porque podemos ofrecer tarifas significativamente más bajas”, explicó Max Zeumer, director global de operaciones de Flix.

    La compañía opera bajo un modelo asset-light: no compra autobuses ni contrata choferes, sino que aporta tecnología, marketing, rutas y precios. Los socios locales ponen las unidades y personal, algo parecido a lo que hacen Uber o DiDi en su sector.

    “La diferencia es que nosotros trabajamos con operadores pequeños que, de otra forma, tendrían difícil entrar al mercado. Bajo nuestra marca y tecnología, pueden crecer”, detalló Zeumer.

    El objetivo es competir contra las grandes líneas mexicanas que dominan terminales, flotas y rutas desde hace décadas, con precios altos y poco incentivo para innovar.

    Estrategia y resultados iniciales

    La entrada comenzó en Monterrey el 27 de mayo de 2025. Desde ahí, Flix lanzó rutas hacia Ciudad de México y al norte, aprovechando la infraestructura de Greyhound, marca que adquirió en 2021 en EE. UU.

    Los resultados sorprendieron. Mientras esperaban un mayor flujo de mexicanos viajando al norte, el 80% de los pasajeros iniciales fueron turistas de Estados Unidos y Canadá que llegaron a México.

    Actualmente, la compañía opera 13 rutas nacionales, incluyendo Ciudad de México–Querétaro, Ciudad de México–San Luis Potosí y Monterrey–Torreón. El plan contempla recorridos cortos y trayectos de más de 10 horas, con expansión hacia destinos turísticos clave.

    En paralelo, Flix desarrolla infraestructura propia. En la capital abrió una estación y un lounge en Forum Buenavista. En Monterrey y Torreón prepara espacios similares.

    También apuesta por su sistema de gestión de ingresos basado en inteligencia artificial, que ajusta precios según la demanda y la elasticidad de cada ruta. “No aplicamos tarifas planas; utilizamos algoritmos para definir el precio óptimo en cada momento”, precisó Zeumer.

    Estándares globales, visión regional

    Flix asegura que sus autobuses deben cumplir con estándares mínimos de seguridad, espacio entre asientos y calidad del servicio. Cada unidad es revisada antes de ser integrada. Los socios pueden adaptar autobuses existentes o adquirir nuevos para cumplir con las condiciones exigidas.

    “Queremos que el pasajero sepa que, al viajar con Flix, encontrará siempre la misma calidad, aunque con adaptaciones locales. En India hay autobuses cama, mientras que en América Latina predominan las butacas amplias”, indicó Zeumer.

    La compañía también apuesta por una estrategia de largo plazo en México, con una hoja de ruta que incluye digitalización completa y transición hacia tecnologías de transporte más limpias.

    “México puede ser el piloto de crecimiento para América Latina”, afirmó el directivo. Flix ya tiene presencia en Brasil y Chile, y planea su llegada a Perú.

    Con un modelo probado en Europa y Estados Unidos —donde controla entre 90% y 95% del mercado alemán tras la desregulación— la firma busca replicar su receta en México: competencia, digitalización y precios accesibles.

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