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    Claudia Sheinbaum celebra reconocimiento de la Pasión de Iztapalapa como Patrimonio de la Humanidad

    En un día histórico para México, la Unesco inscribió este 10 de diciembre de 2025 la Representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús en Iztapalapa en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La decisión, tomada durante la 20ª sesión del Comité Intergubernamental en Nueva Delhi, India, reconoce la tradición de más de 180 años como la mayor escenificación teatral religiosa del planeta y un ejemplo vivo de organización comunitaria, fe y cohesión social.

    La presidenta Claudia Sheinbaum celebró el anuncio desde Palacio Nacional: “Es un reconocimiento al pueblo de Iztapalapa, a su comité organizador que año tras año pone el corazón, y al acompañamiento del INAH. Felicitamos a las y los habitantes de esta alcaldía que con su esfuerzo sostienen una de las tradiciones más bellas de México”.

    Clara Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, añadió: “Hoy la Unesco honra la fe, la tradición y la identidad de un pueblo que cada Semana Santa mueve el corazón de todo México”. La secretaria de Cultura federal, Claudia Curiel de Icaza, lo calificó como “un hecho histórico que corona casi dos siglos de devoción y memoria colectiva”.

    Más que teatro

    La delegada mexicana ante la Unesco, Edaly Quiroz, defendió la candidatura con un argumento contundente: “La Pasión de Iztapalapa trasciende lo religioso; es un ejercicio colectivo de memoria, resiliencia y unidad que convoca a millones en un escenario abierto de 3.7 kilómetros cuadrados donde los ocho pueblos originarios son protagonistas y escenario”.

    Cada año, más de 4,500 actores voluntarios —vecinos de los barrios— representan 38 cuadros bíblicos desde el Domingo de Ramos hasta la Resurrección. En 2024, la edición atrajo a 1.4 millones de asistentes presenciales y millones más por transmisión; en años previos superó los dos millones, convirtiéndola en la manifestación religiosa más multitudinaria del país.

    La tradición nació en 1833 como voto comunitario para pedir el fin de una epidemia de cólera. Diez años después, en 1843, se escenificó por primera vez de manera formal y desde entonces no ha tenido interrupción, ni siquiera en pandemias o terremotos.

    De la Epidemia del Siglo XIX al Escenario Mundial

    El Comité Organizador de Semana Santa en Iztapalapa (COSSIAC), integrado únicamente por vecinos y con estatutos actualizados que garantizan paridad de género y derechos humanos, fue clave en la postulación. El plan de salvaguardia aprobado por la Unesco incluye digitalizar archivos históricos, capacitar a nuevas generaciones y fortalecer al COSSIAC como autoridad legítima.

    Con esta inscripción, México suma 13 elementos en la Lista Representativa de la Unesco, colocándose entre los diez países con más expresiones reconocidas. La Pasión de Iztapalapa se une ahora a la cocina tradicional mexicana, el Día de Muertos, el mariachi, la charrería, el bolero y los voladores de Papantla, entre otros.

    En una alcaldía que históricamente ha enfrentado estigmas y carencias, la representación se ha convertido en el mayor factor de orgullo y cohesión. “Aquí no hay estrellas de Hollywood; los protagonistas son los vecinos: el que hace de Jesús es carpintero, la Virgen es ama de casa, los romanos son taxistas. Eso es lo que vio la Unesco”, resumió la antropóloga del INAH, Adriana Konzevik.

    Mientras Nueva Delhi aplaudía la decisión, en Iztapalapa ya se escuchaban cohetes y campanas. La Semana Santa 2026 llevará por primera vez el sello de Patrimonio de la Humanidad. Y como cada año, el Cerro de la Estrella volverá a ser Gólgota, pero ahora ante los ojos del mundo entero.

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