El presidente Daniel Noboa aceptó la derrota en el referéndum que él mismo impulsó, después de que el “No” se impusiera con claridad en las cuatro preguntas sometidas a consulta. Con más del 93% de actas escrutadas, el mandatario admitió en X que los ecuatorianos rechazaron su propuesta de abrir el camino hacia una Asamblea Constituyente y otros cambios políticos. Su reconocimiento confirma un revés político relevante, aunque insistió en que mantendrá su hoja de ruta.
El mensaje de Noboa tras el resultado
Noboa publicó un mensaje directo: “Estos son los resultados. Consultamos a los ecuatorianos y ellos hablaron. Cumplimos con lo prometido: preguntarles directamente. Nosotros respetamos la voluntad del pueblo ecuatoriano”. Ratificó que su gobierno seguirá adelante «con las herramientas que tenemos», subrayando que su compromiso «no cambia; se fortalece». El mandatario siguió el desarrollo de la jornada desde Olón, la comuna costera donde reside, lejos de los actos públicos habituales.
La derrota ocurrió a pesar de que el oficialismo esperaba que, como en 2024, el electorado respaldara mayoritariamente su iniciativa. Ese año, un referéndum previo logró apoyo en nueve de once preguntas. Esta vez, la ciudadanía rechazó la apertura hacia una posible Asamblea Constituyente, así como el resto de propuestas sometidas a voto.
El oficialismo minimiza el revés
Aunque el presidente no apareció públicamente tras el cierre de urnas, su equipo había acondicionado un salón en un hotel de Montañita para una eventual comparecencia. Al final, el presidente de la Asamblea Nacional, Niels Olsen, junto con legisladoras de ADN, enfrentaron a la prensa. Ellos defendieron la consulta, asegurando que la interpretación adecuada de los resultados confirma un proyecto “democrático”. Según Olsen, la derrota no representa un golpe político profundo, sino una expresión de participación ciudadana.
Otros actores políticos, sin embargo, señalaron que el rechazo de los votantes limita el margen de maniobra del gobierno para modificar el marco institucional vigente, heredado del periodo de Rafael Correa. La actual Constitución de 2008 fue el blanco principal de la propuesta de Noboa, que buscaba reformar pilares considerados rígidos o insuficientes.
Un país dividido y un gobierno obligado a recalibrar
El resultado del referéndum coloca al Ejecutivo en un punto forzado de recalibración política. La Asamblea Nacional mantiene posiciones divididas, y los partidos opositores anticipan bloqueos futuros a iniciativas consideradas demasiado ambiciosas. Pese al rechazo, el oficialismo afirma que el ejercicio permitió medir la postura nacional ante un cambio constitucional de gran alcance.
La votación transcurrió con normalidad, con presencia masiva en centros urbanos y un clima de tensión política moderada. Las expectativas sobre la reacción del presidente aumentaron durante el día, pero la ausencia de una declaración pública en vivo generó interpretaciones encontradas sobre la estrategia comunicacional del gobierno.
Aun así, la postura escrita de Noboa zanjó la discusión: reconoce que el “No” ganó y se somete al mandato ciudadano. Eso lo obliga a trabajar dentro de los límites constitucionales actuales mientras intenta sostener un proyecto político que, desde ahora, enfrentará mayor resistencia.
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