El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó este martes un “bloqueo total y completo” de los buques petroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela, en una decisión que marca una nueva escalada en la presión directa de Washington contra el gobierno de Nicolás Maduro. La medida fue anunciada por el propio mandatario estadounidense en su red Truth Social y se vincula de forma explícita con el operativo militar que Estados Unidos mantiene en el Caribe, bajo el argumento del combate al narcotráfico y al financiamiento de redes criminales.
Trump aseguró que Venezuela “está rodeada” por “la armada más grande jamás reunida en la historia de Suramérica” y advirtió que la presión continuará hasta que el gobierno venezolano “devuelva todo el petróleo, las tierras y otros activos que robaron previamente”. El mensaje elevó el tono del discurso y dejó claro que la estrategia estadounidense ya no se limita a sanciones económicas, sino que avanza hacia acciones de interdicción marítima con respaldo militar.
El anuncio formaliza el bloqueo contra los petroleros que transporten crudo venezolano, en lo que representa una ampliación significativa del operativo que Estados Unidos inició meses atrás en aguas internacionales del Caribe. Dicho despliegue fue presentado inicialmente como una misión enfocada en frenar el narcotráfico, aunque ahora incluye de manera abierta la persecución de embarcaciones vinculadas a la exportación petrolera de Venezuela.
Trump acusa al “régimen ilegítimo de Maduro”
En su mensaje, Trump acusó al “régimen ilegítimo de Maduro” de utilizar el petróleo como fuente de financiamiento para actividades criminales, entre ellas el narcoterrorismo, la trata de personas, el asesinato y el secuestro. Estas afirmaciones refuerzan la narrativa de la Casa Blanca, que desde hace años vincula al gobierno venezolano con redes ilícitas transnacionales.
Por ahora, no está claro cuántos buques petroleros podrían verse afectados por el bloqueo ni cuáles serán las consecuencias inmediatas para la ya golpeada industria petrolera venezolana. Sin embargo, analistas coinciden en que la medida incrementa el riesgo operativo para las navieras y podría acelerar la caída de los embarques de crudo, en un contexto de sanciones y restricciones financieras persistentes.
Incautaciones, presencia militar y respuesta de Caracas
La decisión presidencial se produce pocos días después de que el Comando Sur de Estados Unidos incautara el petrolero Skipper, que transportaba crudo venezolano cerca de la costa del país sudamericano. La embarcación fue interceptada en el Caribe bajo una orden judicial estadounidense y trasladada a un puerto de Estados Unidos para iniciar un proceso legal de decomiso de su carga.
El Skipper había sido sancionado por Washington desde 2022 por su presunta vinculación con una “flota sombra” utilizada para evadir sanciones internacionales y violar restricciones sobre el comercio de petróleo. La incautación marcó un punto de inflexión en los operativos marítimos, al tratarse de un buque de gran escala y no de embarcaciones menores asociadas al tráfico de drogas.
De acuerdo con el Comando Sur, desde agosto las fuerzas estadounidenses han intervenido más de 30 botes presuntamente ligados al narcotráfico tanto en el Caribe como en el Pacífico. No obstante, la inclusión directa de petroleros en estas acciones ha generado preocupación en el ámbito diplomático y energético, al difuminar la línea entre operaciones antinarcóticos y medidas de presión económica.
Gobierno de Venezuela condena incautación y bloqueo
El gobierno de Venezuela condenó la incautación del Skipper y el bloqueo anunciado por Trump, calificando las acciones como “piratería” y una violación del derecho internacional. Caracas sostiene que se trata de una agresión directa contra su soberanía y una maniobra para asfixiar aún más su economía.
Desde Washington, la Casa Blanca defendió las medidas al señalar que forman parte de su política de sanciones y control de activos vinculados a actividades ilícitas. Funcionarios estadounidenses han reiterado que cualquier embarcación sancionada que transporte crudo venezolano se expone a acciones legales y a la incautación de su carga.
La nueva escalada ocurre en medio de un aumento visible de la presencia militar estadounidense en el Caribe y añade tensión a una relación bilateral prácticamente rota. El bloqueo marítimo no solo profundiza el aislamiento de Venezuela, sino que también envía un mensaje a empresas, gobiernos y actores internacionales que aún mantienen vínculos energéticos con Caracas.
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