El Banco de México (Banxico) recortó el pasado jueves su tasa de interés clave en 25 puntos base, para ubicarla en 7.75%, su menor nivel desde 2022. Esta medida se alinea con las expectativas del mercado y refleja un ajuste sostenido en la política monetaria ante una desaceleración en la inflación general, aunque la inflación subyacente continúa fuera del rango objetivo.
La decisión forma parte de un ciclo de recortes iniciado a principios de 2024, cuando la tasa alcanzaba un histórico 11.25%. Desde entonces, la autoridad monetaria ha aplicado reducciones acumuladas por 350 puntos base, en una estrategia cautelosa que busca equilibrar el control inflacionario con la necesidad de estimular la economía.
Según el comunicado de política monetaria, la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno coincidió en que las condiciones permiten un nuevo ajuste. No obstante, el subgobernador Jonathan Heath disintió y votó por mantener la tasa sin cambios en 8%.
Inflación general cede, pero la subyacente sigue alta
El recorte ocurre días después de que se dieran a conocer datos de inflación correspondientes a julio. El índice general mostró una desaceleración mayor a la prevista, lo que reforzó la expectativa de un movimiento a la baja por parte de Banxico. Sin embargo, la inflación subyacente —que excluye los precios más volátiles, como energía y alimentos— permanece por encima de la meta de 3%, lo que mantiene una señal de cautela.
Para el cuarto trimestre de 2025, Banxico mantiene su previsión de inflación general en 3.7%. En el caso de la subyacente, el pronóstico se ajustó levemente al alza, también a 3.7%. La autoridad monetaria aún espera que ambos indicadores converjan al objetivo de 3% en el tercer trimestre de 2026.
“La Junta evaluará cuidadosamente la evolución de todos los factores influyentes, en particular el panorama inflacionario y las condiciones monetarias globales, antes de considerar nuevos ajustes”, se lee en el comunicado.
Impacto inmediato en los mercados
Tras conocerse la decisión de Banxico, el peso mexicano amplió ligeramente sus pérdidas frente al dólar. Al cierre de la sesión del jueves, la divisa nacional se cotizaba en 18.6699 unidades por dólar, una depreciación de 0.34% frente al precio de referencia del miércoles, según datos de LSEG.
Analistas del sector financiero señalaron que el recorte ya estaba descontado por los mercados, pero algunos actores mantienen expectativas divididas sobre la velocidad de los próximos ajustes. “Aunque el recorte fue prudente, la resistencia de la inflación subyacente podría frenar un ciclo más agresivo de relajación monetaria”, indicó un reporte de Grupo Financiero Banorte.
En el entorno internacional, la Reserva Federal de EE. UU. ha mantenido sin cambios su tasa referencial en los últimos meses, lo que permite a Banxico cierto margen de maniobra sin generar presiones excesivas sobre el tipo de cambio. Sin embargo, un giro inesperado de la Fed podría modificar el balance de riesgos.
¿Qué viene para los créditos y la inversión?
El nuevo nivel de la tasa de interés podría aliviar ligeramente los costos de financiamiento para empresas y consumidores, aunque el impacto no será inmediato ni uniforme. Expertos advierten que las tasas de crédito seguirán siendo relativamente altas en términos reales mientras la inflación subyacente se mantenga elevada.
No obstante, se espera que los recortes acumulados empiecen a reflejarse en una mejora gradual de las condiciones para el consumo interno y la inversión productiva, especialmente si se consolida una tendencia a la baja en los precios.
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