El pasado 18 de diciembre, un video difundido en redes sociales desató pánico en la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México. Una mujer identificada como Mariah Markus, de nacionalidad estadounidense, fue captada atacando a transeúntes y conductores con piedras y un cuchillo. Este episodio, que alarmó a los habitantes de la zona, reveló un trasfondo de abuso, trauma y abandono que ha marcado la vida de Markus.
La agresión que desató el caos en Condesa
El video, difundido por el reportero Antonio Nieto, mostró a Markus, una mujer de tez blanca y cabello rojo casi rapado, persiguiendo a un ciudadano en las inmediaciones del parque España. Tras su detención, las autoridades confirmaron que Mariah, de 33 años y originaria de Denver, Colorado, ya tenía antecedentes de agresiones en la zona desde julio de 2024.
La alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega, conocida por su activismo feminista, celebró la captura en redes sociales e instó a las víctimas a presentar denuncias. Sin embargo, hasta ahora no ha habido información oficial sobre el estado actual de Markus o su posible deportación.
Un pasado marcado por el abuso y el trauma
Investigaciones periodísticas han revelado que Markus es una víctima de múltiples abusos. Según un perfil en redes sociales, estudió en la Universidad Técnica de Colorado y trabajó en la Guardia Nacional Aérea de Colorado. No obstante, en 2019 relató en Facebook cómo su vida dio un giro drástico: quedó sin hogar en 2015, sufrió abusos sexuales y físicos, y atravesó múltiples intentos de suicidio.
En un relato difundido en la plataforma Werdsmith, Markus expresó su lucha contra el estigma y el abandono social. Sus escritos reflejan el impacto de los abusos que sufrió en su hogar, incluyendo amenazas por parte de su padre, así como maltratos en un gimnasio de artes marciales donde entrenaba para sobrellevar su situación.
La llegada a México y el rechazo social
Hace seis meses, Markus acudió al Faro del Saber Bicentenario en la alcaldía Miguel Hidalgo para usar una computadora y enviar un correo. Sin embargo, su solicitud fue rechazada debido a su apariencia y condición higiénica. Este episodio de discriminación reflejó los desafíos que enfrenta una persona en situación de vulnerabilidad extrema.
Según una fuente que interactuó con Markus, la joven intentó integrarse al entorno local, pero los prejuicios hacia su aspecto y comportamiento la aislaban aún más.
Entre la violencia y la necesidad de ayuda
Las agresiones recientes en la alcaldía Cuauhtémoc han llevado a muchos a exigir una intervención humanitaria. Algunos internautas han solicitado que la Embajada de Estados Unidos en México tome cartas en el asunto, dado que Markus busca contactar a sus familiares en su país de origen.
Su comportamiento violento, que algunos califican como resultado de un trastorno mental no tratado, podría estar vinculado a los traumas que vivió en su infancia y juventud. Markus misma expresó en redes sociales: «Me sorprende no haber acabado siendo un asesino con hacha. Ya era bastante malo pasar por un infierno. No necesitaba que me desecharan y tiraran como lo hicieron conmigo.»
Reflexiones sobre el caso y el sistema de apoyo
El caso de Mariah Markus pone en evidencia la falta de sistemas adecuados para atender a personas en situaciones de vulnerabilidad extrema, tanto en su país de origen como en México. Su historia ha generado empatía en algunos sectores, que consideran que más allá de la detención, Markus necesita acceso urgente a tratamiento psicológico y apoyo integral.
Por ahora, permanece bajo custodia, mientras su historia sigue siendo un llamado a la reflexión sobre cómo abordar casos de salud mental y trauma en entornos urbanos. El desenlace de su situación podría marcar un precedente en el tratamiento de casos similares en el futuro.
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