En un pulso diplomático que sacude América Latina, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó este miércoles a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, por el auge del narcotráfico. «Va a meterse en grandes problemas si no espabila», declaró Trump ante la prensa en la Casa Blanca, aludiendo directamente a las críticas de Petro contra la política antidrogas de Washington. El intercambio eleva la tensión, con Colombia señalada como epicentro de producción de cocaína que inunda EE. UU., según datos de la DEA que atribuyen el 84% de las incautaciones en 2024 al país sudamericano.
Trump no se contuvo. «Mejor que se espabile, o será el siguiente. Espero que esté escuchando», remató, respondiendo a preguntas sobre la cooperación bilateral. Acusó a Colombia de albergar «fábricas de cocaína» que exportan directamente a territorio estadounidense, ignorando subsidios millonarios de Washington. Esta andanada sigue al retiro de Colombia de la lista de aliados antinarcóticos en septiembre y a sanciones personales contra Petro, tachado de «líder del narcotráfico» por la Casa Blanca.
Petro rechazó las imputaciones con vehemencia. «Intentar promover la paz en Colombia no es ser narcotraficante», tuiteó el mandatario, defendiendo su enfoque en capturar capos en lugar de erradicar cultivos de coca. Invitó incluso a Trump a presenciar la destrucción de laboratorios: «Venga señor Trump a Colombia, lo invito para que participe en la destrucción de los 9 laboratorios diarios que hacemos». Bajo su mandato, se han demolido 18.400 instalaciones sin recurrir a misiles, subrayó.
Lanza del Sur: Misiles en el horizonte
La advertencia de Trump inscribe a Colombia en la Operación Lanza del Sur, iniciativa militar lanzada en noviembre para erradicar rutas de narcotráfico en el Caribe y Pacífico. Desde septiembre, las Fuerzas Armadas de EE.UU. han hundido más de 20 embarcaciones sospechosas cerca de Venezuela y Colombia, matando extrajudicialmente a al menos 83 tripulantes, según reportes oficiales. Petro califica estos bombardeos de «asesinatos», y en noviembre suspendió el intercambio de inteligencia con agencias estadounidenses en protesta.
Trump promete «pronto» incursiones terrestres en Venezuela, liderada por Nicolás Maduro, a quien acusa de encabezar el «Cártel de los Soles». Maduro, por su parte, convocó a milicias ciudadanas contra las «amenazas imperiales» y activó el «Plan Independencia 200», desplegando 200.000 soldados. El portaaviones USS Gerald R. Ford patrulla el Caribe, elevando temores de escalada regional. Analistas ven en esto una «Doctrina Monroe renovada», con Colombia atrapada en el fuego cruzado.
El senador republicano Lindsey Graham avivó la polémica al incluir a Colombia en un «califato de la droga» junto a Venezuela y Cuba, respaldando Lanza del Sur como escudo hemisférico. Petro contraatacó: «Amenazar nuestra soberanía es declarar la guerra; no despierten al jaguar». La retórica choca con la realidad: EE. UU. recortó $377 millones en ayuda a Bogotá y amenazó aranceles, fracturando dos siglos de alianza.
Machado, el Nobel bajo amenaza
En medio del vendaval, Trump giró hacia Venezuela. Interrogado sobre una llamada a Maduro, replicó: «No he pensado mucho en ello». Pero advirtió con firmeza contra el arresto de María Corina Machado, galardonada este miércoles con el Nobel de la Paz por su «lucha incansable por la democracia» en el país caribeño. «No me gustaría que la arrestaran, no estaría contento con eso», dijo en la Casa Blanca.
Machado, inhabilitada para las elecciones de 2024 y oculta por un año, dedicó el premio a Trump, quien bromeó: «Fui muy amable al aceptarlo». El republicano, aspirante eterno al Nobel, aclaró que su motivación es «salvar vidas», no trofeos. El Comité Noruego la elogió como «ejemplo de coraje civil», la 20ª mujer en recibirlo.
La líder opositora no llegó a la ceremonia en Oslo; su hija, Ana Corina Sosa, la aceptó en su ausencia, con voz entrecortada: «La democracia es esencial para la paz». Fuentes del Wall Street Journal revelan que Machado huyó el martes en barco a Curazao, rumbo a Noruega, evadiendo a las autoridades de Maduro. El fiscal venezolano la tacha de «fugitiva», pero ella insiste: «Estaré en Oslo pronto».
La confluencia de narcotráfico y premios Nobel dibuja un tablero volátil. Trump evalúa opciones militares contra Venezuela, desde bombardeos a laboratorios hasta derrocamientos, según CNN. Maduro apela a la «paz» mientras moviliza tropas, y Petro defiende su soberanía. Expertos como Geoff Ramsey advierten: «Es un momento vital para la región; el riesgo de escalada es real».
América Latina contiene el aliento. ¿Diplomacia o misiles? El jaguar y el águila observan, listos para rugir.
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