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    Donald Trump descalifica a periodista por pregunta sobre Jeffrey Epstein

    El presidente Donald Trump desató una tormenta de críticas este martes al insultar a Catherine Lucey, corresponsal de Bloomberg News en la Casa Blanca, llamándola «cerdita» durante una rueda de prensa a bordo del Air Force One el viernes 14 de noviembre. El exabrupto ocurrió cuando Lucey intentó indagar sobre los archivos de Jeffrey Epstein y la votación inminente en la Cámara de Representantes para desclasificarlos, interrumpiendo a Trump con un «Cállate. Cállate, cerdita».

    El incidente, revelado inicialmente por Jennifer Jacobs de CBS News, quien reportó el insulto sin identificar a la víctima, cobró fuerza con condenas de colegas como Jake Tapper de CNN («repugnante e inaceptable») y Gretchen Carlson, ex-Fox News («degradante»). Lucey, veterana de 15 años en Bloomberg, remitió consultas a un portavoz que evitó comentarios, al igual que la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca.

    La pregunta de Lucey —sobre por qué Trump actuaba hostil si «no temía» los documentos Epstein— tocó un nervio sensible. Trump, acusado en emails desclasificados de «saber lo de las chicas», ha negado vínculos y expulsó a Epstein de Mar-a-Lago en 2007. «Se comportó de manera inapropiada y poco profesional», replicó un funcionario de la Casa Blanca sin pruebas, minimizando el insulto.

    April Ryan, corresponsal de Urban Radio y blanco previo de Trump, lo contextualizó en The Guardian: «Se comporta como un matón callejero; evidencia incomodidad por Epstein». Elisa Lees Muñoz, de la International Women’s Media Foundation, alertó: «Silencia a periodistas mujeres y desata odio en línea; envía un mensaje escalofriante».

    Patrón de ataques: De «Miss Piggy» a «cerdita»

    El insulto revive el historial de Trump contra mujeres en medios: llamó «Miss Piggy» a Alicia Machado (Miss Universo 1996) en 2016, y «perra mentirosa» a Yamiche Alcindor (PBS). Ryan, atacada en 2018, lo ve como «intimidación sistemática». Carlson: «Degradante para todas las mujeres en periodismo».

    Bloomberg y la Asociación callaron, pero Ryan alentó a Lucey: «Hizo bien en preguntar; rezo para que siga luchando». La Casa Blanca culpó a la reportera, sin disculpas. En un 2025 de polarización mediática —con 40% de confianza en prensa según Pew—, el insulto no solo hiere a Lucey: erosiona la prensa libre.

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