El gobierno de Estados Unidos ha implementado una nueva política que prohíbe a su personal gubernamental, así como a los contratistas y familiares con acreditaciones de seguridad, mantener relaciones románticas o sexuales con ciudadanos chinos. La medida fue anunciada por el embajador saliente, Nicholas Burns, en enero, antes de su partida de China, y se ha dado a conocer a través de varias fuentes de la prensa internacional.
Según fuentes cercanas a la situación, esta prohibición se amplió tras una versión más limitada en 2023 que solo abarcaba al personal estadounidense relacionado con guardias y personal de apoyo en la embajada de Estados Unidos en China. La nueva directiva establece que cualquier relación íntima o romántica con ciudadanos chinos deberá ser reportada, y aquellos que no cumplan con la normativa deberán abandonar sus puestos o la relación en cuestión. Las excepciones solo se aplican a relaciones preexistentes, que podrán solicitar exenciones.
El trasfondo de la política
Esta política recuerda a las medidas adoptadas durante la Guerra Fría, cuando las agencias de inteligencia de Estados Unidos aplicaban restricciones similares, especialmente en países considerados amenazas clave de inteligencia como China o Rusia. En el pasado, casos de diplomáticos estadounidenses siendo seducidos por espías soviéticos llevaron a implementar restricciones más estrictas. Aunque las tensiones entre Estados Unidos y China han aumentado por motivos geopolíticos, como la competencia comercial y tecnológica, se teme que los servicios de inteligencia chinos sigan utilizando tácticas de seducción para obtener secretos sensibles.
El contexto de la relación con China
La medida llega en un contexto donde las relaciones entre Washington y Beijing están cada vez más tensas, con el gobierno de Estados Unidos buscando fortalecer la seguridad nacional en un momento en que las agresivas tácticas de espionaje chino se han intensificado. Expertos en inteligencia señalan que el Ministerio de Seguridad del Estado de China (MSS) ha empleado diversas tácticas para recopilar información de diplomáticos y ciudadanos extranjeros.
Las nuevas restricciones también afectan las relaciones diplomáticas de los Estados Unidos en China, especialmente en lo que respecta a la interacción de sus funcionarios con la sociedad local. A medida que Beijing también refuerza sus propias regulaciones sobre el comportamiento de sus diplomáticos, la rivalidad geopolítica y la competencia por el dominio tecnológico y económico continúa moldeando las políticas internacionales.
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