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    Fitch mantiene calificación de México pese a aranceles de Trump: reconoce solidez fiscal, pero alerta por crecimiento

    Fitch Ratings reafirmó la calificación crediticia de México en «BBB-» con perspectiva estable, pese al endurecimiento del proteccionismo comercial por parte del gobierno del presidente Donald Trump. La agencia reconoció que el país conserva una política macroeconómica prudente y finanzas externas robustas, aunque advirtió que los riesgos de crecimiento y debilidad fiscal continúan latentes.

    La calificadora destacó que la economía mexicana tiene el margen suficiente para absorber los efectos adversos de los nuevos aranceles estadounidenses. No obstante, afirmó que la desaceleración económica podría intensificarse si Washington mantiene un enfoque agresivo hacia el proteccionismo, tal como lo ha mostrado Trump desde el inicio de su segundo mandato.

    «México enfrenta un entorno externo desafiante, pero su calificación actual refleja que cuenta con amortiguadores fiscales y externos suficientes para resistir estos choques», señaló Fitch en su informe.

    La agencia precisó que el 27% del PIB mexicano en 2024 provino de exportaciones hacia EE. UU., lo que evidencia su vulnerabilidad ante medidas arancelarias. Sin embargo, aseguró que los impactos ya visibles en sectores como el automotriz no modificarán de manera duradera la trayectoria de riesgo-país, siempre que la respuesta fiscal se mantenga en línea con lo previsto.

    Gasto público y Pemex, los focos de presión fiscal

    La calificadora identificó una serie de factores que podrían poner en riesgo la estabilidad fiscal de México en el mediano plazo. Entre ellos, destacó el aumento del gasto social, el financiamiento de megaproyectos, los crecientes intereses de la deuda y las pérdidas operativas de Petróleos Mexicanos (Pemex), lo que elevó los requerimientos financieros del sector público al 5.7% del PIB en 2024.

    El gobierno de Claudia Sheinbaum ha proyectado una reducción al 3.9% del PIB para 2025, principalmente mediante recortes a la inversión pública. Fitch advirtió que, si bien este ajuste podría mantener la calificación, también podría limitar el crecimiento a futuro.

    En este contexto, la calificadora señaló que la administración actual ha optado por medidas de administración tributaria, evitando por ahora una reforma fiscal estructural. No obstante, admitió que una posible reforma podría volverse inevitable si otras estrategias de consolidación resultan insuficientes.

    «La sólida posición política del nuevo gobierno podría facilitar reformas fiscales de fondo, aunque un contexto económico adverso podría dificultar su implementación», explicó la agencia.

    Fitch concluyó que una rebaja en la nota podría darse si se materializa un incremento rápido y sostenido de la deuda respecto al PIB, si persiste la debilidad fiscal o si un choque externo, como los aranceles, provoca una recesión prolongada. Por el contrario, una mejora estaría ligada a una mayor recaudación, reducción de pasivos contingentes como los de Pemex y reformas que impulsen el crecimiento potencial del país.

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