Después de décadas de silencio, un aleteo volvió a escucharse en el corazón verde de Chiapas. La selva Lacandona fue testigo de un suceso extraordinario: el avistamiento documentado de un ejemplar de águila arpía (Harpia harpyja), una especie que muchos creían extinta en territorio mexicano. El hallazgo se hizo público durante el Chiapas Birding Festival 2025, el encuentro más importante del país para los observadores de aves.
Reaparición que renueva la esperanza
La organización Dimensión Natural confirmó la noticia que sacudió a la comunidad ambiental. Alan Monroy Ojeda, conservacionista y parte del equipo responsable del avistamiento, declaró con entusiasmo: “Por muchos años la comunidad científica la consideró una especie extinta (extirpada) en México… Ahora en 2025 podemos anunciar al mundo que en México todavía existen águilas arpía”.
Monroy detalló que este logro es resultado de un monitoreo comunitario iniciado en 2016. El equipo ya prepara la publicación científica que respalda el hallazgo. Pero no todo es celebración: “La población remanente de águilas es muy reducida, por lo cual urge implementar acciones de conservación inmediatas”, alertó.
Una sombra que vigila desde los árboles
El águila arpía es una de las rapaces más poderosas del planeta. Puede alcanzar una envergadura de hasta dos metros y pesar entre 6 y 9 kilogramos en el caso de las hembras. Su hábitat natural son las selvas tropicales húmedas, y su dieta se basa en mamíferos arborícolas como monos y perezosos. Su fuerza y apariencia imponente han alimentado mitos: en algunas culturas era vista como una bruja, lo que justificó su caza irracional.
Este resurgimiento en México es más que un dato científico; es un grito de auxilio disfrazado de buena noticia. Las selvas de donde depende esta especie están desapareciendo rápidamente. Por eso, Monroy no dudó en agradecer a los monitores comunitarios de Siyaj Chan, a Natura Mexicana A.C., a CONANP y a todo el equipo de Dimensión Natural. “El reto de conservar esta águila es de todos”, afirmó.
Una mirada al pasado, una misión al futuro
El conservacionista Efraín Orantes Abadía también fue testigo del avistamiento. Rememoró su primer encuentro con una arpía en el aviario El Nido hace más de 20 años, cuando ingresó al recinto con el mantenedor del ave. “Mi corazón latía fuerte de emoción”, relató. Esta vez, en la selva chiapaneca, presenció cómo el majestuoso animal voló y se posó cerca de su grupo, permitiéndoles capturar imágenes únicas.
Orantes compartió con emoción las fotografías y expresó su esperanza: “Hoy, la especie ha sido ubicada oficialmente y documentada a través de un artículo científico por Dimensión Natural, lo que nos da esperanza de que aún hay oportunidades para salvar a esta majestuosa ave”.
El regreso del águila arpía a México es un símbolo poderoso. No solo de la resiliencia de la naturaleza, sino también del trabajo que queda por hacer. Las cámaras la encontraron, pero su supervivencia depende de que la selva siga viva.
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