La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, hizo un llamado este viernes a las autoridades de Estados Unidos para que no ejecuten redadas migratorias durante el partido de fútbol entre la Selección Mexicana y República Dominicana, que se celebrará este sábado en el SoFi Stadium de Los Ángeles, como parte del arranque de la Copa Oro.
“No creemos que habiendo un partido de fútbol vaya a haber alguna acción, o esperamos que no la haya o hacemos un llamado para que no la haya”, declaró la mandataria durante su conferencia matutina, en referencia a la posible actuación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en torno al evento deportivo.
Las declaraciones de Sheinbaum llegan en un momento de tensión creciente en ciudades como Los Ángeles, donde protestas sociales se han desatado en respuesta a una serie de redadas migratorias lanzadas en días recientes por la administración del presidente estadounidense Donald Trump. Según cifras oficiales, más de 60 mexicanos han sido detenidos durante estas operaciones, que también han generado manifestaciones en otras ciudades con alta población migrante.
Apoyo consular y mensaje de paz
La presidenta mexicana recordó que el gobierno ha desplegado campañas informativas en los consulados en Estados Unidos, brindando a los connacionales recomendaciones claras sobre qué hacer en caso de ser detenidos por autoridades migratorias.
“México siempre va a promover la paz en el sentido amplio”, enfatizó Sheinbaum, subrayando que las imágenes de algunas protestas con banderas mexicanas ondeando en medio de enfrentamientos podrían tratarse de “provocaciones” destinadas a criminalizar a la comunidad migrante.
“Los mexicanos en Estados Unidos son hombres y mujeres trabajadores que llevan años allá, que nunca buscan la violencia”, reiteró la mandataria.
Copa Oro y riesgo de nuevas tensiones
México continuará su participación en la fase de grupos de la Copa Oro la próxima semana con partidos programados en Arlington, Texas, y Las Vegas, Nevada, dos ciudades donde también reside un importante número de migrantes latinoamericanos, incluidos mexicanos y centroamericanos.
La celebración del torneo continental se da en medio de una ofensiva migratoria sin precedentes impulsada por el gobierno de Trump, que ha incrementado la presión sobre México y otras naciones del hemisferio para contener los flujos migratorios y permitir deportaciones aceleradas.
Frente a este panorama, el gobierno de México insiste en el respeto a los derechos humanos de los migrantes, tanto en su territorio como en el extranjero, y reafirma su disposición a mantener canales diplomáticos abiertos con Washington para evitar abusos durante eventos masivos como el de este sábado.
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