En un avance trascendental para la protección ambiental a nivel internacional, el Senado de México ratificó el Tratado Global de los Océanos, una herramienta jurídica clave para la conservación de la vida marina en alta mar. La medida fue celebrada este jueves por Greenpeace México, que calificó la decisión como un “hito histórico” tras más de dos décadas de negociaciones.
El tratado, adoptado en 2023 en el marco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), permitirá crear áreas marinas protegidas fuera de las jurisdicciones nacionales, con el objetivo de resguardar al menos el 30 % de los océanos para 2030, en cumplimiento del compromiso 30×30 establecido durante la COP15 sobre Diversidad Biológica.
Ornela Garelli, especialista de Greenpeace México, destacó que esta ratificación “marca un momento crucial en la historia ambiental del país y del mundo”, pues abre la puerta a una implementación efectiva de medidas de protección sobre territorios marinos que han estado históricamente desatendidos.
“Los océanos son un sistema interconectado. Aunque estas zonas protegidas estarán en aguas internacionales, su impacto positivo también llegará a los ecosistemas marinos dentro del territorio mexicano”, explicó Garelli.
¿Qué sigue?
Ahora que el Senado ha dado luz verde, el documento será turnado a la presidenta Claudia Sheinbaum, quien deberá publicarlo en el Diario Oficial de la Federación (DOF). Posteriormente, México notificará formalmente su adhesión ante la ONU, uniéndose así al grupo de 60 países necesarios para que el tratado entre en vigor a nivel global.
La ratificación se suma a una serie de iniciativas ambientales recientes en el país, como la reforma a la Ley General de Vida Silvestre, que prohíbe el uso de mamíferos marinos en espectáculos, y la presentación del Programa Nacional de Restauración Ambiental 2025–2030, que tiene como meta restaurar el 30 % de los ecosistemas degradados en los próximos cinco años.
Sin embargo, Greenpeace advierte que México todavía debe redoblar esfuerzos para elevar su protección marina, actualmente en torno al 22 % del territorio oceánico nacional. La comunidad científica internacional recomienda un mínimo del 30 % para garantizar la resiliencia de los ecosistemas frente al cambio climático, la sobrepesca y la contaminación.
Un océano global, una responsabilidad compartida
Según datos de Greenpeace, menos del 1 % de la alta mar —zonas fuera de jurisdicción nacional— está actualmente bajo protección efectiva. Para alcanzar el objetivo 30×30, será necesario proteger anualmente alrededor de 11 millones de kilómetros cuadrados de océano.
La ratificación mexicana es un paso firme en esa dirección, enviando un mensaje claro de compromiso con la defensa de la biodiversidad marina y con la construcción de un futuro sostenible para el planeta.
“Vamos en la dirección correcta”, concluye Garelli, “pero es necesario acelerar la acción y garantizar que la protección de los océanos no se quede solo en el papel”.
También te puede interesar: Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas: acorralada por minería y deforestación para abastecer al Tren Maya




