El bosque tropical del Amazonas está más cerca que nunca de cruzar un umbral de colapso ecológico irreversible, según un nuevo estudio publicado por la revista Nature. La investigación, liderada por la Universidad Federal de Santa Catarina y la Universidad de Birmingham, indica que más del 75% de la selva muestra señales de pérdida de resiliencia debido a la deforestación, el cambio climático y los incendios. El informe reaviva las alarmas internacionales: si la Amazonía colapsa, el planeta entero sentirá las consecuencias.
Un problema que rebasa fronteras: el destino del clima global está en juego
El estudio analiza imágenes satelitales tomadas entre 1991 y 2019, revelando una disminución progresiva en la capacidad de la selva para recuperarse de perturbaciones naturales. Según los científicos, si se pierde entre el 20% y el 25% del bosque, se activaría un “punto de no retorno” que podría convertir amplias zonas de la selva en sabana. Hasta ahora, el 17% de la selva amazónica ya ha sido destruida, y un 17% adicional está degradada.
Los autores advierten que este deterioro no solo afectará a Sudamérica. La Amazonía actúa como regulador climático del planeta al absorber dióxido de carbono, liberar vapor de agua y estabilizar patrones de lluvia. Su colapso significaría una alteración drástica en el equilibrio climático global, con efectos directos sobre los sistemas agrícolas, la disponibilidad de agua y la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo.
Una amenaza a la biodiversidad y a la vida humana
La Amazonía alberga más de 10% de las especies conocidas del planeta, muchas de las cuales no existen en ningún otro lugar. Si la degradación continúa, estas especies podrían desaparecer para siempre. Además, las comunidades indígenas que dependen de la selva para su sustento y cultura están en riesgo de desplazamiento y pérdida de sus territorios ancestrales.
El estudio señala que los bosques más cercanos a actividades humanas —como zonas agrícolas, carreteras o áreas urbanas— son los más vulnerables. También se detectó que las regiones del sureste del Amazonas, donde Brasil concentra gran parte de su desarrollo económico, son las más afectadas.
Llamado global a la acción: no hay tiempo que perder
Los científicos hacen un llamado urgente a los gobiernos del mundo, organizaciones multilaterales y ciudadanía global para tomar medidas inmediatas. Proponen declarar una moratoria internacional sobre la deforestación, aplicar sanciones a países que no protejan sus reservas forestales y redirigir fondos climáticos hacia el monitoreo satelital, la reforestación y la transición económica de las comunidades que viven en la Amazonía.
La amenaza no es hipotética. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), perder la Amazonía aceleraría el calentamiento global por lo menos en 0.5 °C, lo que afectaría la seguridad alimentaria y la salud pública en todos los continentes.
“Si el Amazonas colapsa, no será una catástrofe local: será una catástrofe planetaria”, señaló el climatólogo británico Tim Lenton, coautor del informe.
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