En una jornada marcada tanto por el simbolismo democrático como por las controversias, el Instituto Nacional Electoral (INE) entregó este miércoles constancias de mayoría a los 801 jueces y magistrados electos durante la histórica elección judicial del pasado 1 de junio, la primera en la que estos cargos fueron sometidos a votación popular.
Aunque el evento protocolario se llevó a cabo con retraso de dos semanas y duró más de ocho horas, el acto formal significó el cierre de un proceso electoral inédito, pero también cuestionado por sectores académicos, judiciales y de la sociedad civil, debido a denuncias de uso de “acordeones” en los centros de votación y dudas sobre la legitimidad del voto ciudadano en un tema altamente técnico.
Primera generación de juzgadores electos por voto directo
A las afueras de la sede del INE, conocida como la “casa de la democracia”, se instalaron carpas donde 438 magistrados y 363 jueces recibieron sus constancias de mayoría en tres bloques, ante la imposibilidad de albergar a todos en el auditorio principal. Una vez adentro, los nuevos integrantes del Poder Judicial escucharon brevemente a la consejera presidenta Guadalupe Taddei, quien celebró el carácter inédito de la jornada electoral.
La imagen final fue una fotografía grupal multitudinaria, donde era difícil distinguir rostros individuales, pero que buscó simbolizar el arranque de una nueva etapa en la impartición de justicia en México.
Uno de los momentos más destacados del acto fue el discurso espontáneo de la jueza penal electa por Ciudad de México, Amarande Riojas Orozco, quien, ondeando una bandera nacional, reivindicó la victoria de candidaturas ciudadanas sin partido político.
“Vivan los que ganamos sin partido, sin apoyos ni nada. Gané, ganamos, y ganó México”, exclamó. “Viene un nuevo poder judicial con la esperanza de que todo va a salir bien”.
Sus palabras fueron recibidas con aplausos, pero también contrastaron con los cuestionamientos que han rodeado el proceso, como la presunta politización del Poder Judicial, la falta de experiencia de algunos candidatos y posibles vínculos con organizaciones religiosas.
Polémica por nexos con La Luz del Mundo
Entre las juezas electas se encuentran Eluzai Rafael Aguilar, nueva jueza de distrito en Jalisco, y Madián Sinaí Menchaca Sierra, en materia administrativa en el mismo estado. Ambas fueron señaladas por su presunta cercanía con la iglesia de La Luz del Mundo, organización envuelta en múltiples escándalos judiciales en México y Estados Unidos.
Cuestionada al respecto, Eluzai Aguilar, hija de un ministro de culto de dicha congregación, rechazó hablar sobre el tema:
“Yo no soy vocera de la iglesia. Soy una ciudadana que ganó una elección”, respondió visiblemente incómoda.
La omisión de respuestas claras por parte de las juezas ha reavivado el debate sobre la separación entre religión y Estado, y el nivel de transparencia exigible a quienes ahora ostentarán una toga gracias al voto popular.
Un proceso inédito bajo escrutinio
La entrega de constancias ocurre en un contexto de transición sin precedentes para el Poder Judicial mexicano, cuyo nuevo diseño busca acercar la justicia al pueblo, pero enfrenta dudas sobre su solvencia técnica, independencia y legitimidad.
El reto, a partir de ahora, no solo será jurídico, sino también ético y político: demostrar que la elección de jueces mediante el voto ciudadano puede fortalecer, y no debilitar, el sistema de justicia en México.
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