En un nuevo estudio científico revelado este 15 de julio, investigadores confirmaron que millones de organismos diminutos, conocidos como zooplancton, desempeñan un papel crucial y hasta ahora subestimado en la lucha contra el cambio climático. Estos animales, que suelen venderse como alimento para acuarios, retienen carbono en una escala equivalente a las emisiones anuales de más de 55 millones de coches de gasolina.
Cada primavera, el zooplancton —especialmente el copépodo, una especie de crustáceo minúsculo— asciende a la superficie del océano Antártico, se alimenta de fitoplancton y acumula grasa. Luego inicia una migración vertical hacia las profundidades marinas, entre 500 y 2,000 metros, donde permanece durante meses, consumiendo lentamente esa grasa. El carbono almacenado se libera en las profundidades, lo que impide que regrese a la atmósfera por décadas o incluso siglos.
Migración invisible, impacto colosal
Guang Yang, miembro de la Academia China de las Ciencias y autor principal del estudio, califica el fenómeno como “extraordinario” por su escala e impacto. La coautora Jennifer Freer, del British Antarctic Survey, subraya que estos animales “son héroes anónimos” con una biología fascinante, ignorados frente a otros emblemas del ecosistema antártico como las ballenas o los pingüinos.
Los copépodos, que miden entre 1 y 10 milímetros, pueden contener en su cuerpo extensas reservas de grasa visibles al microscopio. Daniel Mayor, investigador de la Universidad de Exeter, los fotografió con brazos repletos de pelos para alimentarse y burbujas de grasa en la cabeza. “Sin ellos, la atmósfera terrestre sería mucho más cálida”, afirma.
El estudio también abarca otras especies como el krill y las salpas, que, junto con los copépodos, son responsables de transportar aproximadamente 65 millones de toneladas de carbono al año por debajo de los 500 metros de profundidad. Se trata del llamado mecanismo de “bomba de migración vertical estacional”, un sistema natural de secuestro de carbono vital para el equilibrio del planeta.
El peso de la Antártida en la captura global de carbono
A escala planetaria, los océanos han absorbido cerca del 90% del exceso de calor producido por las emisiones humanas. De ese porcentaje, el Océano Antártico contribuye con cerca del 40%, en gran parte gracias al zooplancton. Esta cifra pone en perspectiva la importancia de proteger a estos organismos ante el aumento de amenazas.
Las investigaciones recientes, publicadas en la revista Limnology and Oceanography, utilizan datos recopilados desde 1920 y mediciones realizadas a bordo del buque polar Sir David Attenborough. “Trabajábamos con luz roja para no alterarlos y manteníamos las salas a 3 grados para simular su entorno”, relató Freer.
Calentamiento global y pesca industrial amenazan su existencia
El calentamiento de los océanos, la alteración de sus capas y la pesca comercial de krill representan riesgos serios para la población de zooplancton. Angus Atkinson, del Laboratorio Marino de Plymouth, advierte que estos factores podrían reducir drásticamente su número y, con ello, su capacidad de capturar carbono.
En 2020, las empresas pesqueras capturaron casi medio millón de toneladas de krill, una práctica legal bajo tratados internacionales, pero duramente cuestionada por conservacionistas. El documental “Océano”, de David Attenborough, también abordó esta problemática.
“Si no existiera esta bomba biológica, los niveles atmosféricos de CO₂ serían el doble”, explicó Atkinson. Por eso, los científicos piden incluir sus hallazgos en los modelos climáticos globales, para mejorar las proyecciones del calentamiento planetario y revalorar el papel que juegan estos diminutos guardianes del clima.
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