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    México logra restauración histórica: aves marinas regresan tras eliminar especies invasoras

    Durante más de dos décadas, México ha ejecutado una de las restauraciones ecológicas más destacadas del planeta. Gracias a la labor del Grupo de Ecología y Conservación de Islas (GECI), encabezado por el Dr. Alfonso Aguirre Muñoz y el Dr. Federico Alfonso Méndez Sánchez, el país ha logrado eliminar más de 60 especies invasoras en sus islas y restaurar aproximadamente 60 mil hectáreas de hábitat natural.

    El esfuerzo, impulsado por la cooperación entre científicos, autoridades federales y comunidades locales, ha sido clave para revertir el daño causado por ratas, gatos, cabras y otras especies que devastaron colonias enteras de aves marinas. Estas islas mexicanas, muchas de ellas en el Pacífico, albergan un tercio de las especies de aves marinas del mundo, lo que da dimensión global a esta victoria ambiental.

    Uno de los métodos más innovadores utilizados es la «atracción social». Esta técnica consiste en reproducir grabaciones de cantos de aves marinas en las islas restauradas, alimentadas por energía solar. Además, se instalan señuelos visuales y se construyen madrigueras artificiales que simulan colonias activas. «Les ayudamos con un Infonavit para las aves», bromeó Aguirre Muñoz en entrevista con Aristegui en Vivo.

    La estrategia ha sido eficaz: el 85% de las colonias de aves marinas que habían desaparecido han regresado a sus hábitats originales. Aunque aún existen desafíos con especies de hábitos nocturnos, los especialistas confían en que podrán restaurar el 100% de estas poblaciones en el corto plazo.

    Una victoria mexicana con reconocimiento mundial

    La restauración de las islas mexicanas ha sido reconocida por la ONU como Iniciativa Emblemática de Restauración Mundial. Este reconocimiento subraya la relevancia del proyecto no solo para la biodiversidad nacional, sino también como modelo replicable para otras regiones insulares del planeta.

    Los resultados alcanzados reflejan más que un trabajo técnico: muestran lo que se puede lograr cuando ciencia, pasión y cooperación se alinean en un objetivo común. Como expresó Aguirre Muñoz, “tenemos que aportar lo propio y contribuir al espacio global”, refiriéndose al papel que México debe asumir en la lucha contra la crisis climática y la pérdida de biodiversidad.

    Federico Méndez Sánchez agregó que esta experiencia demuestra que la restauración ecológica es factible incluso frente a escenarios de destrucción profunda. El proceso ha permitido no solo el retorno de aves marinas, sino la recuperación de ecosistemas completos que ahora ofrecen condiciones para el restablecimiento de otras especies.

    El caso de las islas mexicanas también expone la importancia de mantener proyectos de largo plazo, con continuidad institucional y participación de múltiples actores. Más allá del éxito técnico, el enfoque integral —social, ambiental y científico— ha sido esencial.

    El proyecto del GECI se ha convertido así en un referente internacional que demuestra que revertir el daño ecológico es posible. Y no se trata de un discurso optimista sin base: las aves han vuelto, los hábitats se han regenerado y México ha ofrecido al mundo una lección de resiliencia ambiental.

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