más

    De lavaplatos a estrella Michelin: el regreso triunfal del chef mexicano ‘Lalo’ García

    La historia de Eduardo ‘Lalo’ García, nacido en Guanajuato en 1977, es un reflejo de resiliencia y talento mexicano que se sobrepuso a la adversidad de la migración forzada. Deportado en dos ocasiones desde Estados Unidos, García convirtió la adversidad en motor de éxito, logrando que su restaurante Máximo obtuviera recientemente su primera estrella Michelin, consolidando su lugar en la élite gastronómica de América Latina.

    Desde sus primeros pasos en la cocina como lavaplatos en Atlanta a los 16 años, García nunca imaginó que esa experiencia sería el inicio de una carrera que hoy inspira a cocineros y migrantes por igual. “Yo no me metí a trabajar a la cocina porque pensé que las estrellas existían. Yo me metí por necesidad, jamás imaginé que me dedicaría a esto toda mi vida”, confesó en entrevista con EFE.

    Su infancia estuvo marcada por la migración: llegó a Estados Unidos a los 9 años y trabajó en los campos agrícolas, donde tuvo contacto directo con pesticidas y agroquímicos que afectaron su salud y provocaron la muerte de su padre por cáncer gastrointestinal. Esa experiencia moldeó su visión sobre las injusticias que enfrentan los migrantes: trabajos arduos y peligrosos a cambio de salarios bajos, expuestos a políticas de deportación y a la marginación social.

    A pesar de las dificultades, García transformó sus vivencias en aprendizaje. Su segunda deportación en 2007 marcó un punto de inflexión: decidió residir en México y desarrollarse profesionalmente allí. “Estoy orgulloso de ser una persona que migró y que, tras ser deportada, decidió no regresar y construir su futuro en México”, afirmó.

    Restaurante Máximo y su primera estrella Michelin

    La perseverancia del chef se refleja en su restaurante Máximo, que fusiona técnicas francesas con la riqueza de la cocina mexicana y desde 2015 se mantiene en la lista de ‘Latin America’s 50 Best Restaurants’. En junio pasado, la obtención de su primera estrella Michelin fue un reconocimiento no solo a su talento, sino al trabajo en equipo que ha cultivado.

    García destaca que el mérito radica en colaborar con otros cocineros, muchos de ellos mexicanos que regresaron de Estados Unidos con experiencia, fortaleciendo así la gastronomía local y demostrando que México puede ser un santuario de talento.

    Además de sus logros culinarios, García ha asumido un papel activo como embajador de Save the Children, organizando cerca de veinte cenas al año cuyos ingresos apoyan directamente a la organización. Este compromiso refleja su deseo de retribuir a la sociedad y brindar oportunidades a quienes, como él, enfrentaron desafíos migratorios desde temprana edad.

    El chef reconoce que, aunque los tratados comerciales con Estados Unidos han generado beneficios, también han provocado dificultades para el campo mexicano y han empujado a muchas familias a migrar por necesidad.

    “México es un país con oportunidades, sí existe el sueño mexicano. Lo más importante no es el dinero, sino creer en ti mismo”, comenta García, inspirando a jóvenes y profesionales a construir sus proyectos sin depender de migraciones forzadas.

    Con su historia, Lalo García encarna la idea de que el talento mexicano, incluso tras enfrentar políticas migratorias restrictivas, puede florecer y alcanzar reconocimiento internacional. Su trayectoria demuestra que la resiliencia y la convicción personal son ingredientes esenciales para transformar la adversidad en éxito, consolidando a México como cuna de creatividad y excelencia culinaria.

    También te puede interesar: La Feria del Elote 2025 llena Tláhuac de tradición y sabor

    Artículos relacionados