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    Bélgica condiciona reconocimiento de Palestina a liberación de rehenes y salida de Hamás

    El gobierno de Bélgica anunció que reconocerá oficialmente a Palestina como Estado en la próxima sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas, prevista para el 9 de septiembre, aunque fijó condiciones específicas: el reconocimiento solo será efectivo cuando todos los rehenes israelíes hayan sido liberados y Hamás deje de asumir cualquier gestión en el territorio palestino. La decisión, que sigue los pasos de países como Francia, Canadá y Australia, marca un giro relevante en la política exterior europea hacia el conflicto en Medio Oriente.

    Bélgica endurece posición frente a Israel y Hamás

    El viceprimer ministro y ministro de Exteriores belga, Maxime Prevot, fue quien confirmó la postura a través de un mensaje en su cuenta de la red social X. Ahí destacó que el reconocimiento es un “gesto político y diplomático contundente para preservar las posibilidades de una solución de dos Estados y condenar las pretensiones expansionistas de Israel con sus programas de colonización y de ocupación militar”.

    Sin embargo, Prevot subrayó que la formalización administrativa del decreto real se retrasará hasta que Hamás quede fuera de la gestión política en Palestina y se libere al último rehén israelí. Argumentó que esta condición responde al “trauma” que dejaron los ataques del 7 de octubre de 2023, en los que murieron alrededor de mil 200 personas y 250 fueron secuestradas por el grupo islamista.

    El canciller belga también aseguró que Bruselas denunciará “con mayor contundencia cualquier acto de antisemitismo o de glorificación del terrorismo por parte de los partidarios de Hamás”.

    Sanciones y restricciones contra el gobierno de Netanyahu

    En paralelo al anuncio, Bélgica informó que aplicará nuevas sanciones contra el gobierno israelí de Benjamin Netanyahu. Entre ellas se encuentra la prohibición de importar productos procedentes de los asentamientos, la revisión de contratos de compras públicas con empresas israelíes y la restricción de asistencia consular a ciudadanos belgas que residan en colonias ilegales según el Derecho Internacional.

    También adelantó medidas como la imposición de sanciones personales a “colonos violentos, líderes de Hamás y dos ministros israelíes extremistas”, refiriéndose de forma indirecta a Bezalel Smotrich, titular de Finanzas, y a Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional, ya sancionados previamente por países como Canadá, Reino Unido y Australia.

    Prevot mencionó incluso la posibilidad de acciones judiciales, restricciones de tránsito y sobrevuelo, así como la declaración de varias figuras como “personas non gratas”. Además, anunció que Bélgica votará a favor de suspender la cooperación de la Unión Europea con Israel, incluyendo el acuerdo de asociación, programas de investigación y proyectos de cooperación técnica.

    Un mensaje político en medio de crisis humanitaria

    El gobierno belga justificó estas medidas por la “tragedia humanitaria que se está viviendo en Palestina, y en particular en Gaza”, además de la violencia ejercida por Israel “en violación del Derecho Internacional”. Prevot subrayó que no buscan sancionar al pueblo israelí, sino presionar a su gobierno para que respete sus obligaciones internacionales y se prevenga el riesgo de genocidio.

    El anuncio de Bélgica llega en un momento clave: mientras en la comunidad internacional crece la presión para detener la ofensiva israelí en Gaza, varios países occidentales comienzan a adoptar posiciones más críticas hacia Tel Aviv. El reconocimiento condicionado de Palestina refuerza la narrativa de un bloque europeo que empieza a endurecer su postura frente al gobierno de Netanyahu.

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