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    Donald Trump oficializa el regreso del «Departamento de Guerra» en Estados Unidos

    El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este viernes, 5 de septiembre de 2025, una orden ejecutiva que oficializa el cambio de nombre del Departamento de Defensa al “Departamento de Guerra”, restaurando la denominación que tuvo desde 1789 hasta 1947. La decisión, anunciada desde la Casa Blanca, busca proyectar una imagen de fortaleza militar en un contexto global tenso. “Creo que es un nombre más apropiado, especialmente a la luz de la situación del mundo. Tenemos el ejército más fuerte del mundo”, afirmó Trump durante la ceremonia, acompañado por el secretario de Defensa, Pete Hegseth.

    El cambio, que inicialmente establece “Departamento de Guerra” como un título secundario, requiere aprobación del Congreso para ser permanente, ya que el nombre actual fue fijado por la Ley de Seguridad Nacional de 1947. Esta ley, firmada por Harry S. Truman, consolidó los departamentos de Guerra, Marina y la recién creada Fuerza Aérea en el Departamento de Defensa, reflejando un enfoque más diplomático tras la Segunda Guerra Mundial. Trump, sin embargo, argumenta que el término “Defensa” es “demasiado políticamente correcto” y que “Guerra” refleja mejor la historia de victorias militares estadounidenses, como en la Primera y Segunda Guerra Mundial.

    Un cambio polémico con costos millonarios

    La decisión ha generado controversia. El Departamento de Defensa, con un presupuesto de 841,300 millones de dólares en 2025 (11% del gasto federal), enfrenta ahora el desafío de actualizar señalizaciones, sitios web (como el paso de defense.gov a war.gov), uniformes y documentos oficiales. Según estimaciones, el costo de este rebranding podría superar los mil millones de dólares, superando los 62.5 millones proyectados para renombrar activos militares confederados en 2022.

    Pete Hegseth, a quien Trump ya ha llamado “secretario de Guerra”, defendió la medida en Fox & Friends, afirmando: “No solo somos defensa, somos ofensiva. Queremos guerreros que ejerzan letalidad máxima”. Esta retórica, centrada en un “espíritu guerrero”, busca reorientar la cultura del Pentágono, aunque críticos como Richard H. Kohn, historiador militar, argumentan que el cambio de nombre en 1947 no fue por corrección política, sino para proyectar paz y unificar las fuerzas armadas durante la Guerra Fría.

    Implicaciones y debate global

    El regreso al “Departamento de Guerra” se produce en un momento de tensiones internacionales, incluyendo conflictos en Ucrania y Gaza. Trump, quien ha promovido su imagen como mediador de paz, insiste en que “la paz se logra desde la fuerza”, evocando el lema de Ronald Reagan. Sin embargo, expertos como Matthew J. Schmidt, de la Universidad de New Haven, critican la medida como contraria a los estándares éticos modernos del ejército estadounidense, que priorizan la defensa sobre la guerra ofensiva.

    En el Congreso, aliados de Trump, como el representante Greg Steube, han presentado proyectos de ley para formalizar el cambio, mientras otros cuestionan su legalidad sin aprobación legislativa. Jamal Greene, profesor de Columbia, señaló que la autoridad presidencial para renombrar agencias es limitada, lo que podría generar un debate legal prolongado.

    Un futuro incierto para el pentágono

    La orden ejecutiva ya ha generado cambios visibles, como la actualización del sitio web a war.gov y la señalización en la oficina de Hegseth. Mientras el Congreso evalúa la permanencia del cambio, el mundo observa cómo esta decisión podría influir en la política militar estadounidense.

    Por ahora, el “Departamento de Guerra” marca un giro simbólico hacia una postura más beligerante, reavivando un debate sobre el rol de Estados Unidos en el escenario global.

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