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    Popocatépetl mantiene alerta amarilla: 26 exhalaciones y recomendaciones de seguridad

    El volcán Popocatépetl, uno de los más emblemáticos y vigilados de México, continúa mostrando actividad moderada que mantiene en alerta a autoridades y población. Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), durante las últimas 24 horas se registraron 26 exhalaciones de baja intensidad y 777 minutos de tremor, mientras que el Semáforo de Alerta Volcánica se mantiene en Amarillo Fase 2.

    Las autoridades exhortan a la población a no acercarse al volcán, especialmente al cráter, por el riesgo que implica la caída de fragmentos incandescentes, y recuerdan mantener la distancia de seguridad de 12 kilómetros a partir del cráter.

    Antecedentes históricos y actividad reciente del Popocatépetl

    El Popocatépetl, ubicado a poco más de 50 kilómetros de Ciudad de México, ha estado activo desde tiempos prehispánicos y es protagonista de la leyenda de Popocatépetl e Iztaccíhuatl, que simboliza un amor eterno. Su historia registrada incluye erupciones significativas, como la de 1665 que afectó poblaciones cercanas, y su reactivación en 1994, tras décadas de inactividad, que motivó la creación del Semáforo de Alerta Volcánica, hoy clave para la prevención de riesgos.

    En el siglo XXI, el Popocatépetl ha mostrado actividad constante. En febrero de 2024 se registraron 13 erupciones en 24 horas, afectando temporalmente aeropuertos cercanos debido a la caída de ceniza. Ahora, en septiembre de 2025, las exhalaciones recientes y el tremor prolongado demuestran la importancia de la vigilancia continua y la preparación de las comunidades cercanas.

    Monitoreo y prevención en tiempo real

    El CENAPRED realiza monitoreo continuo las 24 horas, observando fumarolas, exhalaciones y posibles explosiones. Este seguimiento permite alertar oportunamente sobre cambios en la actividad volcánica. Además, en 2025, la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) lanzó el nanosatélite Gxiba-1, diseñado para registrar datos volcánicos en tiempo real y mejorar la prevención de desastres.

    Las recomendaciones vigentes incluyen: no intentar subir al volcán, respetar el radio de exclusión de 12 kilómetros, y mantenerse alejados del fondo de las barrancas durante lluvias intensas, debido al riesgo de flujos de lodo y escombros. Estas medidas buscan proteger tanto a habitantes locales como a visitantes que podrían acercarse por turismo o investigación científica.

    El Popocatépetl no solo es un riesgo natural; también es un punto de interés científico y turístico. Investigadores de todo el mundo estudian su actividad, y visitantes observan desde zonas seguras sus fumarolas y exhalaciones. Sin embargo, la historia y la actividad reciente recuerdan que la naturaleza es impredecible y que la vigilancia, la preparación y el respeto a las indicaciones oficiales son fundamentales.

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