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    De becario estrella a asesino buscado: La enigmática trayectoria de Tyler Robinson en el asesinato de Charlie Kirk

    Tyler Robinson, de 22 años, un joven reservado e inteligente criado en una familia republicana de Utah, pasó de ser un estudiante becado con un promedio perfecto a aprendiz de electricista y, finalmente, al centro de un escándalo nacional como el sospechoso del asesinato de Charlie Kirk, el activista conservador abatido el 10 de septiembre en la Universidad Utah Valley (UVU). Robinson, detenido tras una persecución de 33 horas, representa un enigma: un hombre de crianza suburbana que, según autoridades, radicalizó su interés político en años recientes, culminando en un acto calificado como «asesinato político».

    El tiroteo ocurrió durante un evento con 3.000 asistentes, donde Kirk, de 31 años y fundador de Turning Point USA, recibió un disparo en el cuello desde un techo a 200 yardas. Robinson, originario de St. George, una ciudad conservadora cerca de los parques Zion y Bryce Canyon, se entregó el jueves por la noche cerca de su hogar, tras confesar a un familiar y un amigo, según el gobernador Spencer Cox.

    Su familia, mormona y activa en la iglesia local, incluye a un padre empresario en encimeras de cocina y una madre trabajadora social, ambos republicanos con licencias de caza.

    Un estudiante brillante en una familia unida

    Robinson creció en un entorno aparentemente ordinario, con dos hermanos menores, posando en fotos familiares con armas durante salidas al aire libre. Vecinos lo describen como un niño callado que jugaba en el barrio, participando en carreras improvisadas. En la escuela primaria y secundaria Pine View en St. George, destacó académicamente: graduado en 2021 con un GPA de 4.0, cursó cuatro clases universitarias y cálculo avanzado. Su madre celebró en Facebook su puntuación de 34 en el ACT (percentil 99), escribiendo: “Me duele el cerebro por él, pero está emocionado”.

    Compañeros como Jaida Funk, de 22 años, lo recuerdan como “el favorito de los profesores: puntual, respetuoso y trabajador”. Keaton Brooksby, de 22, lo vio en un almuerzo escolar discutiendo con detalle los atentados de Bengasi en 2012 a los 14 años: “Tiene mucha información para su edad”. Robinson, de piel pálida y delgado, usaba gafas estilo Clark Kent y era aficionado a videojuegos como Halo, Call of Duty y Minecraft, frecuentando el club de juegos y merodeando por el área de ROTC Junior, aunque no se confirmó su membresía. “No era popular, pero caía bien; parecía destinado a ser CEO o empresario”, dijo Funk.

    En 2021, su madre compartió un video de Robinson recibiendo una beca presidencial de 32.000 dólares para la Universidad Estatal de Utah (USU), donde estudió un semestre en preingeniería antes de abandonarla. Una portavoz de USU confirmó su breve paso, y tomó créditos en Utah Tech University durante el bachillerato.

    De aprendiz a sospechoso: Un giro radical

    Tras la universidad, Robinson se inscribió en un programa de aprendiz de electricista en Dixie Technical College, como estudiante de tercer año al momento del crimen. Vivía en un complejo de apartamentos en St. George con un compañero de piso, a 10 minutos de la casa familiar en Washington, Utah. Vecinos lo describían como retraído: “Nunca hablaba con nadie; ponía música a todo volumen”, dijo Josh Kemp, de 18. Oliver Holt, un niño de 11, lo vio nervioso la semana pasada: “Actuaba asustado”.

    Un familiar le dijo a investigadores que Robinson se volvió “más político en los últimos años”, criticando a Kirk en una cena reciente por “lleno de odio”. Registrado para votar en Utah pero no afiliado a partidos y sin historial electoral, su familia republicana contrasta con este giro. El gobernador Cox reveló que municiones sin disparar halladas con el rifle Mauser .30-06 (encontrado envuelto en una toalla en un bosque) tenían grabados como “¡Eh, fascista! ¡ATRÁPALA!” y referencias a memes, incluyendo “Bella Ciao” (himno antifascista). Mensajes en Discord de un “Tyler” describían el escondite del arma, confirmados por la plataforma, que suspendió la cuenta por violar políticas.

    Captura y un legado de desconcierto

    La captura de Robinson ocurrió tras una llamada de un familiar a un amigo, quien alertó a la policía; su padre, ex policía y ministro, lo convenció de entregarse tras confesar. Está detenido sin fianza en la cárcel de Utah County por cargos de asesinato agravado, disparo de arma y obstrucción de justicia; fiscales buscan la pena de muerte. Fuentes indican que actuó solo, sin afiliaciones claras, aunque rumores en X sobre un “socio transgénero” circulan sin confirmación oficial.

    Compañeros como Adrian Rivera, de 22, lo recuerdan como fan de juegos de disparos, pero Brooksby lamenta: “Es triste que alguien con su mente le diera ese uso”. En un año de tensiones políticas, como el atentado a Trump, el caso de Robinson cuestiona cómo un joven “favorito de los profesores” llega a un acto tan extremo. La investigación del FBI, con 11.000 pistas, continúa, mientras su comunidad procesa el shock de un “chico normal” convertido en fugitivo.

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