En un acto de audacia extrema que ha desatado indignación y admiración en redes sociales, dos hombres no identificados escalaron ilegalmente el icónico Cristo Redentor —símbolo de Brasil y una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno— y se lanzaron en paracaídas desde su mano derecha hacia la Laguna Rodrigo de Freitas. El incidente, ocurrido en la madrugada del miércoles 10 de septiembre, fue captado por un guía turístico con un dron y se viralizó rápidamente, acumulando millones de vistas en Instagram y TikTok. Las autoridades han iniciado una investigación por delito contra el patrimonio cultural, ya que la estatua de 38 metros, construida en 1931 y administrada por el Santuario del Cristo Redentor, es un bien protegido de la Arquidiócesis de Río de Janeiro.
El Cristo Redentor, ubicado en el Cerro Corcovado con vistas panorámicas de Río, recibe a 2 millones de visitantes al año, pero el acceso a su cima está estrictamente prohibido por riesgos de seguridad y daños estructurales. Los paracaidistas, que ingresaron por un sector no vigilado, pusieron en peligro no solo su vida, sino la de transeúntes en la zona sur de la ciudad. La Policía Civil de Río, a través de su comisaría 7 en Santa Teresa, solicitó grabaciones de cámaras de seguridad y peritajes forenses para identificar a los responsables, quienes podrían enfrentar hasta un año de prisión por violación de propiedad y atentado al patrimonio, según el artículo 132 del Código Penal brasileño.
El video que conmocionó a Brasil
El guía turístico David Moreira Figueiredo, con 17,000 seguidores en Instagram (@davidriotour), presenció el suceso mientras esperaba la apertura del sitio con un grupo de visitantes. Al notar «movimiento inusual» en la entrada, Moreira desplegó su dron y capturó el descenso del segundo paracaidista, quien se equilibraba precariamente en la punta de la mano de la estatua —uno de los dedos— antes de saltar.
«Creí que era un video promocional, pero pronto vi que era ilegal», relató Moreira a G1, el portal de noticias brasileño.
El primer salto no fue grabado, ya que ocurrió mientras Moreira preparaba el equipo, pero el video muestra al hombre balanceándose, moviendo el cuerpo para estabilizarse, con el paisaje urbano de Río de fondo.
Subido el mismo día a Instagram con el pie: “¡Un salto atrevido directo de los brazos del Cristo Redentor! Entre el coraje y el peligro, la línea es muy delgada. ¿Tendrías el coraje de arriesgar tu vida solo por unos segundos de video?”, el post acumuló más de 5,000 likes y 700 comentarios en horas. Usuarios reaccionaron con indignación: “Falta de respeto al patrimonio; ¿dónde está la seguridad?” (@user_rio), mientras otros alabaron la “locura épica” (@adventure_br). El clip se replicó en TikTok y X, alcanzando 2 millones de vistas globales, con hashtags como #CristoRedentor y #ParacaidismoIlegal trending en Brasil.
Investigación policial: Delito contra el patrimonio cultural
El Santuario del Cristo Redentor radicó la denuncia inmediata en la Comisaría 7 de Santa Teresa, clasificando el acto como delito contra el patrimonio cultural, ya que la estatua es propiedad eclesiástica y está protegida por ley federal. La Policía Militar llegó durante el segundo salto, pero no evitó la acción; ahora, con videos y cámaras del santuario, buscan identificar a los intrusos, quienes aterrizaron en la Laguna Rodrigo de Freitas sin lesiones reportadas. La pena podría ser de hasta un año de prisión, similar al caso de julio de un paracaidista francés imputado por “exponer a otros a peligro directo” (artículo 132 del Código Penal).
El Santuario, que gestiona el monumento con 2 millones de visitantes anuales, lamentó el riesgo a la integridad estructural y la seguridad pública.
“El Cristo es un símbolo de paz; actos como este lo profanan”, declaró el padre Patrício Langone, rector del santuario, a O Globo.
En julio, un salto similar de un francés generó multas de 10,000 reales (2,000 dólares) y cargos por invasión.
Contexto: Un monumento vulnerable a intrusos
El Cristo Redentor, inaugurado en 1931 y declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2007, ha enfrentado vándalos y escaladores antes: en 2019, un grafitero francés pintó su cabeza de amarillo, y en 2020, turistas subieron para selfies durante la pandemia. La seguridad, reforzada con drones y cámaras, falló en esta ocasión por el acceso nocturno. El incidente llega en un momento de recuperación turística post-pandemia, con Río recibiendo 10 millones de visitantes en 2025, pero genera preocupación por el impacto en la imagen del sitio.
En redes, el debate divide: “¡Adrenalina pura!” vs. “Irrespeto total al patrimonio”. Moreira, el guía, enfatizó: “Pusieron en riesgo vidas; el Cristo no es un parque de diversiones”. Mientras la policía avanza, este salto recuerda que incluso los íconos más vigilados son vulnerables a la audacia humana.
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