El comediante Jimmy Kimmel volvió a la televisión la noche del pasado martes defendiendo la sátira política estadounidense, seis días después de que sus comentarios sobre el asesinato del activista ultraderechista Charlie Kirk provocaran la suspensión de su programa por Walt Disney. Durante su regreso a ABC, Kimmel recordó a su audiencia la importancia de la libertad de expresión y criticó la presión política ejercida por el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
“Como decía antes de que me interrumpieran”, comenzó su monólogo, haciendo referencia a la frase atribuida a Fray Luis de León al retomar su cátedra tras cinco años de prisión, frase que siglos después también retomó Miguel de Unamuno. “Nunca fue mi intención restarle importancia al asesinato de un joven. No creo que sea nada divertido”, añadió Kimmel, visiblemente emocionado.
Disney interrumpió la producción del programa el 17 de septiembre, después de que Kimmel afirmara que los partidarios de Trump estaban tratando de caracterizar al asesino de Kirk “como cualquier otra cosa que no fuera uno de ellos” y que buscaban “ganar puntos políticos” con su asesinato.
El mandatario criticó fuertemente el regreso de Kimmel, publicando en su red social Truth Social: “¿Por qué querrían de vuelta a alguien que lo hace tan mal, que no es gracioso y que pone a la Cadena en peligro al emitir BASURA demócrata positiva en un 99%?”
Antes de su regreso, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) amenazó con investigar a ABC y advirtió sobre posibles multas o revocación de licencias si continuaba la transmisión del programa. La decisión de Disney de reincorporar a Kimmel a la programación representó un acto de desafío frente a la creciente presión política y regulatoria.
Kimmel defiende la libertad de expresión y critica la intimidación política
Durante su monólogo, Kimmel subrayó que la persecución no se limitaba a los comediantes: “Trump está demandando, intimidando a periodistas y a cualquier crítico”, afirmó. Además, se mostró conmovido por el perdón expresado por Erika Kirk, viuda del activista asesinado, hacia el presunto responsable de la muerte de su esposo, un estudiante de 22 años de Utah.
El regreso de Kimmel también generó reacciones entre las filiales locales de ABC. Nexstar Media Group y Sinclair mantuvieron su boicot al programa, mientras que Disney defendía la reincorporación del presentador. Kimmel, cuatro veces anfitrión de los Oscar, aprovechó para enfatizar que la libertad de prensa y la libertad de expresión son pilares fundamentales de la democracia estadounidense, y que la amenaza de sanciones y demandas por parte del Gobierno no debe pasar desapercibida.
El comediante explicó que su comentario sobre la familia política de Trump no buscaba culpar a grupos enteros por las acciones de un individuo, sino criticar la manipulación política que buscaba capitalizar un asesinato reciente. Con su regreso, Kimmel envió un mensaje claro: la sátira y la crítica política deben permanecer libres, incluso frente a la presión de altos funcionarios y legisladores.
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