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    Semarnat y Greenpeace analizan estrategias conjuntas para proteger la Selva Maya ante presión de megaproyectos

    La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) sostuvo un diálogo con Greenpeace México tras la protesta realizada por la organización ambientalista para denunciar la destrucción de la Selva Maya. El encuentro se centró en la necesidad de reforzar la gestión territorial de la península de Yucatán mediante un trabajo coordinado entre autoridades, comunidades locales, académicos y sociedad civil. La discusión incluyó los impactos ambientales provocados por megaproyectos turísticos, el Tren Maya, la agricultura industrial y la explotación de bancos de materiales en la región.

    Durante la protesta, nueve activistas de Greenpeace escalaron el monumento Estela de Luz y desplegaron una manta de 27 metros con la imagen de un jaguar frente a un incendio, con el mensaje: “La Selva Maya grita. Semarnat, sálvala”. La acción formó parte de la campaña “México al grito de ¡Selva!”, cuyo objetivo es visibilizar los daños a este ecosistema y exigir políticas públicas más efectivas.

    Cooperación interinstitucional y protección de especies emblemáticas

    Semarnat informó que se desarrollará un proyecto conjunto con el Fondo Mundial para el Medio Ambiente, orientado a la coexistencia de especies emblemáticas, con especial énfasis en la conservación del jaguar. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) recordó que la península cuenta con 39 áreas protegidas y destacó la firma reciente, junto con Guatemala y Belice, del Corredor Biocultural de la Gran Selva Maya, que protege 5.7 millones de hectáreas y beneficia a más de 7,000 especies.

    El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) resaltó la importancia de la vigilancia comunitaria y de los diagnósticos sobre el uso de plaguicidas y organismos genéticamente modificados. La Comisión Nacional Forestal (Conafor) informó que ha destinado recursos al manejo forestal y a la prevención de incendios en Campeche y Quintana Roo, mientras que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reforzará el monitoreo de la calidad del agua, especialmente en zonas con presencia de granjas porcícolas.

    Participación de comunidades y organizaciones en políticas ambientales

    Greenpeace reconoció la disposición de Semarnat para el diálogo, pero insistió en la creación de mesas temáticas donde comunidades locales, autoridades de los tres niveles de gobierno, académicos y organizaciones sociales participen activamente en la toma de decisiones.

    Carlos Samayoa, director de campañas de Greenpeace México, alertó que en los últimos cinco años se han perdido aproximadamente 300 mil hectáreas de selva, una cifra superior a la registrada en las dos décadas previas, atribuyendo la pérdida a incendios provocados, megaproyectos turísticos, granjas agrícolas y explotación de bancos de material pétreo.

    Durante la reunión, se discutió también el impacto de las autorizaciones concedidas por la Secretaría de la Defensa Nacional para explotar material en la península, que impulsan desarrollos hoteleros e infraestructura, incrementando la presión sobre el ecosistema. Samayoa enfatizó que “la destrucción de la Selva Maya continúa en un contexto de crisis climática, y sigue siendo devastada pese a su importancia ambiental”.

    El encuentro marca un primer paso hacia una coordinación más estrecha entre el gobierno y la sociedad civil, en un intento por revertir la tendencia de pérdida de selva y proteger un ecosistema crucial para la biodiversidad y el equilibrio climático de la región.

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