La violencia en Michoacán no da tregua. La noche del domingo, un grupo de presuntos sicarios emboscó a elementos del Ejército Mexicano en la localidad de Loma de los Hoyos, municipio de Apatzingán. El ataque dejó un saldo de un militar muerto y al menos tres heridos, lo que desató un intenso operativo de respuesta por aire y tierra.
De acuerdo con los primeros reportes, los soldados realizaban patrullajes de vigilancia en la zona cuando fueron sorprendidos por gatilleros que abrieron fuego desde la maleza. La agresión obligó a los militares a replegarse, al tiempo que pedían refuerzos para contener la emboscada.
Un helicóptero artillado del Ejército se incorporó minutos después y disparó contra los agresores desde el aire. Sin embargo, hasta el momento no se ha confirmado el número de bajas entre los atacantes. La movilización de las fuerzas castrenses continúa en la región, con operativos tanto terrestres como aéreos.
La Secretaría de la Defensa Nacional no ha emitido un comunicado oficial sobre lo ocurrido, aunque fuentes locales señalan que la situación permanece tensa en la zona rural de Apatzingán, considerada como uno de los bastiones del crimen organizado en el estado.
Narcobloqueos del CJNG paralizan comunidades
El enfrentamiento se produjo en paralelo a una jornada marcada por ataques del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en diversos puntos de Michoacán. Durante la mañana del domingo, un centenar de hombres armados irrumpió en los municipios de Coahuayana y Tepalcatepec, donde asesinaron a tres jornaleros e incendiaron un autobús de pasajeros en la carretera 200.
Además, destruyeron tres avionetas en la pista de aterrizaje conocida como La Parota, utilizando drones cargados con explosivos. Estos hechos provocaron pánico entre los habitantes y obligaron a las autoridades estatales a reforzar la vigilancia en carreteras y comunidades rurales.
Los ataques coordinados del CJNG confirman la capacidad de fuego del grupo criminal y su disposición para desafiar al Estado con actos de violencia masiva.
Escalada de violencia tras capturas de líderes criminales
El recrudecimiento de la violencia en Michoacán también se atribuye a la caída de jefes de plaza de grupos rivales. La reciente captura de Brayan “N”, operador de La Familia Michoacana, desató una nueva ola de enfrentamientos, ajustes de cuentas y narcobloqueos.
La confrontación entre cárteles y la presencia militar han convertido a Michoacán en uno de los principales focos rojos del país. Según analistas, el CJNG busca afianzar el control de rutas estratégicas para el trasiego de drogas, mientras que otros grupos locales resisten con ataques armados.
La combinación de emboscadas contra las fuerzas de seguridad y ataques indiscriminados contra civiles refleja un panorama alarmante en la región. Los habitantes, atrapados en medio del fuego cruzado, reportan desplazamientos forzados y un clima de miedo constante.
Con la muerte de un militar en Apatzingán, se suma un nuevo capítulo a la larga lista de agresiones contra las fuerzas armadas en Michoacán, donde la violencia criminal sigue imponiéndose a pesar de los operativos federales.
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