El Gobierno de México publicó dos normas oficiales de emergencia que endurecen los requisitos para el transporte y la distribución de gas licuado de petróleo (gas LP) en pipas, tras la tragedia ocurrida en septiembre en Iztapalapa, donde una explosión de un camión cisterna dejó 31 muertos y decenas de heridos. Las disposiciones, publicadas en el Diario Oficial de la Federación (DOF), buscan reforzar la seguridad de las operaciones y reducir riesgos tanto para la población como para el medioambiente.
Normas emergentes para transporte y distribución
De acuerdo con la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (Asea), las medidas quedaron establecidas en la NOM-EM-006-ASEA-2025, enfocada en el transporte, y en la NOM-EM-007-ASEA-2025, centrada en la distribución. Ambas normas fueron diseñadas para elevar los estándares de seguridad y fijar obligaciones más estrictas a las empresas que operan en el sector.
Entre los requisitos más relevantes destaca la presentación anual de un dictamen de operación y mantenimiento de las unidades, con el fin de garantizar su correcto funcionamiento. También se establece la obligación de realizar inspecciones internas y pruebas hidrostáticas en los recipientes de las pipas, lo que permitirá identificar a tiempo grietas, orificios o fallas estructurales que pudieran generar fugas peligrosas.
Profesionalización de conductores y uso de tecnología
Otro de los ejes centrales de las nuevas normas es la capacitación obligatoria de los conductores de pipas, quienes deberán acreditar formación teórico-práctica bajo un estándar de competencia avalado por el Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales. Con esta medida, el Gobierno busca profesionalizar la operación y minimizar riesgos en carretera.
Asimismo, todas las unidades deberán estar equipadas con dispositivos de control de velocidad y sistemas de geolocalización satelital (GPS) que transmitan información en tiempo real, bajo la regulación de la Comisión Nacional de Energía (CNE). Esto permitirá un monitoreo constante de las pipas y un mayor control de sus operaciones.
Plazos de cumplimiento y costos de operación
El cumplimiento de las nuevas disposiciones será gradual. Las unidades de transporte, así como las de distribución con capacidad mayor a 5 mil litros y una antigüedad igual o superior a 10 años, tendrán un plazo de cuatro meses para adaptarse a los lineamientos. El resto de las unidades deberán cumplir con la NOM-EM-007-ASEA-2025 a lo largo de 2026.
La Asea afirmó que estas medidas implicarán un impacto mínimo en los costos de operación. Según las proyecciones, el precio final al consumidor tendría un incremento de apenas 0.2 por ciento, lo que permitirá mantener la estabilidad del mercado de gas LP sin trasladar cargas significativas a los usuarios.
Contexto reciente de seguridad en la CDMX
La publicación de las normas ocurre semanas después de la tragedia en Iztapalapa y en medio de una serie de incidentes relacionados con fugas de gas en la capital. Apenas el mes pasado, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, presentó 13 medidas para regular el transporte de sustancias peligrosas en vialidades de la capital, con el objetivo de garantizar la seguridad de los ciudadanos.
El anuncio también coincidió con declaraciones de la secretaria de Energía, Luz Elena González, quien había adelantado en la conferencia presidencial del jueves que las normas se enviarían al DOF para su publicación al día siguiente. Con ello, el Gobierno busca dar una respuesta inmediata a la preocupación social por la seguridad en el manejo de combustibles altamente riesgosos.
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