El presidente Donald Trump entregó este martes la Medalla Presidencial de la Libertad de forma póstuma al activista conservador Charlie Kirk, asesinado el 10 de septiembre en un tiroteo calificado como “asesinato político” en la Universidad de Utah Valley, Orem. Kirk, quien habría cumplido 32 años hoy, fue honrado en una ceremonia emotiva en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, con la presencia de su gabinete, senadores republicanos y el presidente argentino Javier Milei en primera fila. Trump decretó el 14 de octubre como Día Nacional de la Remembranza de Charlie Kirk, reconociendo su rol como “líder que impulsó a la próxima generación como nadie”.
El acto, que reunió a 200 invitados bajo un sol otoñal, comenzó con un minuto de silencio. Trump, visiblemente conmovido, elogió a Kirk: “Tenía muchas ideas en su cabeza. Charlie es irreemplazable. Hace cinco semanas perdimos a este campeón”. Recordó su alianza a través de Turning Point USA, la fundación que Kirk cofundó en 2012 para movilizar jóvenes conservadores en universidades, promoviendo el movimiento Make America Great Again (MAGA). El vicepresidente J.D. Vance lo describió como “figura clave en la campaña de 2024, colocando aliados en el gobierno de Trump”.
La medalla, el máximo honor civil de EE. UU., fue recibida por la viuda Erika Kirk, a quien Trump llamó “mujer de inspiración, bella y hermosa”.
“Tu esposo se sacrificó por el país”, le dijo, mientras ella respondía: “Es el mejor regalo de cumpleaños que Charlie podía recibir”.
Trump bromeó sobre su legado: “No amaba tanto a sus enemigos. Oí que amaba a sus enemigos, y pensé: ‘¿Es ese el mismo Charlie que conozco?’”. La ceremonia incluyó un video tributo con discursos de aliados como Ben Shapiro y Candace Owens, y un coro interpretando “Amazing Grace”.
Homenaje en medio de la violencia política: De Utah a la Casa Blanca
El asesinato de Kirk, durante su gira “American Comeback Tour”, conmocionó a la nación. Disparado en el cuello desde un tejado mientras respondía preguntas ante 3.000 personas, el incidente —parte de una ola de violencia que incluye tiroteos a legisladores demócratas en Minnesota y ataques a funcionarios israelíes— generó un manhunt masivo. El FBI ofreció 100.000 dólares de recompensa, y el sospechoso fue arrestado horas después, según reportes de CBS News. El gobernador de Utah, Spencer Cox, lo llamó “asesinato político”, un eco de los atentados contra Trump en 2024.
El velorio de Kirk el 21 de septiembre en Arizona atrajo a más de 100.000 personas, con oradores como Robert F. Kennedy Jr., quien comparó el acto con los asesinatos de su padre y tío en los 60. Líderes globales, desde Benjamin Netanyahu —quien lo llamó “león del corazón, amigo de Israel”— hasta el cardenal Timothy Dolan, lo elogiaron como un “San Pablo moderno”. Encuestas AP-NORC post-asesinato mostraron un bajón en el optimismo republicano: del 70% en junio al 49% en septiembre.
La Medalla Presidencial de la Libertad, otorgada por presidentes desde 1963, ha honrado a figuras como Winston Churchill, Nelson Mandela, Muhammad Ali y Frank Sinatra por “aportes excepcionales a la humanidad y valores estadounidenses”. Para Kirk, representa su legado en la juventud conservadora: fundó Turning Point con 1.500 capítulos en campuses, influyendo en elecciones y políticas MAGA.
Milei, quien asistió tras su reunión con Trump, tuiteó: “Charlie Kirk, un guerrero de la libertad. Su sacrificio inspira al mundo”. La ceremonia, transmitida en Fox News con 6.9 millones de viewers —65% más que el promedio—, cierra un capítulo trágico pero enciende el debate: en una América polarizada, ¿cuántas balas más silenciarán voces? Trump concluyó: “Charlie nos recuerda que la libertad exige coraje”. Hoy, su cumpleaños se tiñe de remembranza eterna.
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