El ejército estadounidense ejecutó el jueves un nuevo ataque contra una presunta lancha de narcotraficantes en el Caribe, cerca de la costa venezolana, marcando el sexto operativo de este tipo desde septiembre. Por primera vez, hubo sobrevivientes entre la tripulación, según funcionarios citados por Reuters, ABC News, CBS News y CNN. El asalto, no anunciado públicamente hasta ahora, eleva a al menos 33 las muertes en la serie de acciones, que responden a una estrategia de Washington contra el narcotráfico vinculado a «organizaciones narcoterroristas» en Venezuela.
El incidente ocurrió en aguas internacionales, a unos 240 km al norte de Venezuela. Fuentes de la administración Trump confirmaron que el golpe, ordenado por el secretario de Defensa Pete Hegseth, destruyó la embarcación, pero no todos los ocupantes perecieron. «Seis hombres narco-terroristas fueron abatidos, y la inteligencia confirmó que transportaban narcóticos hacia EE. UU.», detalló Trump en Truth Social, publicando un video del impacto. A diferencia de los cinco ataques previos –que mataron a 27 personas sin dejar testigos–, este deja interrogantes sobre capturas y evidencias.
Sobrevivientes rompen el patrón letal
Los detalles siguen clasificados. Autoridades estadounidenses evadieron preguntas sobre el número exacto de tripulantes o sobrevivientes, priorizando la narrativa de autodefensa.
«Estas lanchas envenenan a nuestro pueblo con drogas; los golpes continuarán hasta acabar con la amenaza», afirmó Hegseth en X.
Expertos de la ONU y legisladores demócratas cuestionan la legalidad: «¿Cumplen con el derecho internacional? Exigimos pruebas de las cargas ilícitas», urgió la senadora Jeanne Shaheen.
Desde el 2 de septiembre, EE. UU. ha intensificado operaciones tras designar a carteles como Tren de Aragua como terroristas extranjeros. Trump justifica los ataques como parte de un «conflicto armado no internacional», pero críticos ven un pretexto para presionar al régimen de Nicolás Maduro. En Caracas, el presidente rechazó vínculos con el narco y acusó a Washington de «agresión imperialista», amenazando con declarar emergencia para movilizar 4,5 millones de milicianos.
Escalada: De barcos a operaciones encubiertas
La ofensiva naval coincide con un despliegue masivo: 10.000 tropas en Puerto Rico y el Caribe, ocho buques de guerra, un submarino nuclear, destructores con misiles, F-35 y B-52. El miércoles, dos B-52 sobrevolaron a 240 km de Venezuela, en un «show de fuerza» que Caracas tildó de provocación.
Trump confirmó el miércoles haber autorizado a la CIA para operaciones encubiertas en Venezuela, citando migración y drogas. «Han vaciado prisiones hacia EE .UU.; es hora de actuar por tierra también», declaró en la Casa Blanca. El mandato permite acciones letales contra Maduro o su gobierno, un salto que aviva temores de derrocamiento. «Esto viola la Carta de la ONU; es un golpe de estado disfrazado», replicó el ministro venezolano Yvan Gil.
En EE.UU., de mócratas exigen autorización congressional. «Sin supervisión, rozamos un conflicto abierto», advirtió un experto legal a CBS News. Venezuela, meanwhile, activó el plan «Independencia 200», desplegando 25.000 tropas en costas y fronteras. Rusia condenó los ataques como «escalada regional».
Analistas ven en esta escalada un eco de intervenciones pasadas, como Panamá en 1989. Con la presión económica –recompensa de 50 millones por Maduro– y militar, ¿llegará el punto de no retorno? La respuesta podría definir la estabilidad caribeña.
También te puede interesar: Periodista corta abruptamente a JD Vance tras evasiva para responder sobre acusaciones contra Toman Homan