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    Periodistas devuelven credenciales por nuevas restricciones del Pentágono a la prensa

    Más de 30 medios estadounidenses, desde cadenas de televisión hasta periódicos emblemáticos, entregaron sus credenciales de prensa al Pentágono este miércoles, rechazando firmar nuevas directrices que restringen el acceso a información no autorizada. La medida, impulsada por el secretario de Defensa Pete Hegseth, obliga a los reporteros a comprometerse a no divulgar ni solicitar datos sensibles –incluso no clasificados oficialmente–, bajo amenaza de revocación inmediata de accesos. El plazo venció el martes a las 5 p.m., dejando vacíos los espacios de prensa en el edificio militar más grande del mundo, según reportes de The New York Times y Reuters.

    Esta acción colectiva, que incluye a The New York Times, CNN, Associated Press y Fox News, responde a lo que los editores llaman un asalto a la Primera Enmienda.

    Los periodistas empacaron oficinas y servidores, cerrando décadas de cobertura in situ.

    El origen de las restricciones: Un memo que limita la investigación

    Las directrices, anunciadas en septiembre por el portavoz Sean Parnell, exigen un «compromiso» escrito para no «solicitar información no entregada oficialmente» ni reportar sobre temas sensibles sin aprobación previa. Un borrador inicial sugería revisión de artículos antes de publicación, aunque se suavizó tras negociaciones. Aun así, castiga con exclusión total cualquier «incitación» a funcionarios para compartir datos, interpretado como un freno a el periodismo investigativo.

    Hegseth, ex presentador de Fox News y crítico habitual de los medios, justificó las reglas como «pautas de sentido común» para proteger la seguridad nacional, alineadas con bases militares. En un tuit, afirmó: «El acceso al Pentágono es un privilegio, no un derecho». Trump respaldó la iniciativa el martes, llamando a la prensa «deshonesta» y molesto por preguntas a personal militar.

    Rechazo unánime: De Fox a CNN, todos contra las reglas

    El comunicado conjunto de ABC, CBS, CNN, NBC y Fox News –empleador previo de Hegseth– denuncia que las restricciones «amenazan principios periodísticos centrales» y limitan la cobertura del ejército, financiado con casi un billón de dólares anuales. “No firmaremos una política que nos castigue por el periodismo ordinario protegido por la Constitución”, afirmó Richard Stevenson, jefe de la corresponsalía en Washington del NYT.

    Otros firmantes incluyen Reuters, Bloomberg, The Washington Post, The Wall Street Journal, Financial Times y Politico. Solo 15 personas accedieron, según un documento interno visto por The Washington Post: freelancers, medios extranjeros y conservadores como One America News (OAN), The Federalist y Epoch Times, alineados con Trump. Nancy Love agregó: “Me honro de un cuerpo de prensa unido que protege la Primera Enmienda”.

    La Pentagon Press Association, con más de 100 afiliados, las califica de «sin precedentes» y potencialmente procesables. Expertos legales, como el de la Sociedad de Periodistas Profesionales, advierten de «restricción previa a la publicación», la violación más grave a la libertad de expresión.

    Impacto en la cobertura

    Con las oficinas vacías, los reporteros prometen continuar cubriendo el Pentágono desde fuera, pero temen un «golpe a la cobertura» por falta de acceso directo. “El edificio no zumbaba como una colmena; era silencio”, describió JJ Green de WTOP, con 20 años en seguridad nacional. Veteranos como Tom Bowman de NPR, con 28 años de credencial, alertan: “Esto hace imposible ser periodista, descubrir lo que pasa detrás de escenas”.

    El Pentágono insiste en que las reglas «reafirman estándares existentes». Sin embargo, analistas ven un patrón en la era Trump: desde remociones de espacios en enero hasta suspensiones por filtraciones. La ACLU y grupos de prensa exigen revisión judicial, citando fallos que protegen el acceso una vez concedido.

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