Un robo cinematográfico sacudió al mundo este domingo en el Museo del Louvre, donde ladrones profesionales irrumpieron en la Galería de Apolo y sustrajeron nueve joyas de la Corona francesa en apenas ocho minutos, el atraco más sonado desde la desaparición de la Mona Lisa en 1911. El video revelado por la policía muestra a cuatro encapuchados cortando un cristal con una sierra radial, abriendo vitrinas y escapando en motos, dejando al icónico museo cerrado por segundo día consecutivo. Sesenta investigadores rastrean ahora a un grupo de crimen organizado, posiblemente extranjero, en una operación que expone fallas en la seguridad de las instituciones culturales francesas.
El asalto, ocurrido a las 09:30 hora local con visitantes aún dentro, obligó a evacuar el Louvre, que recibe 9 millones de turistas al año. “Lo que es seguro es que hemos fallado”, admitió el ministro del Interior, Laurent Nuñez, en France Inter, calificándolo como “obra de ladrones experimentados”. El presidente Emmanuel Macron prometió en X: “Recuperaremos las obras y los autores enfrentarán la justicia”.
Detalles del golpe maestro: De la escalera a la huida en moto
El video, capturado por un testigo con su celular y difundido por BFMTV, detalla la precisión del robo. Dos ladrones usaron un montacargas posicionado bajo un balcón para acceder al primer piso, cortando la ventana de la sala 705 –decorada por Delacroix– y dirigiéndose a las vitrinas de la colección de joyas del siglo XIX. En la Galería de Apolo, encargada por Luis XIV, abrieron dos gabinetes con la misma sierra, robando piezas como la corona de la emperatriz Eugenia –esposa de Napoleón III, con 1.354 diamantes y 56 esmeraldas–, diademas de las reinas María Amelia y Hortensia, collares de zafiro y esmeraldas de María Luisa, pendientes y broches.
La operación duró ocho minutos exactos. Uno de los ladrones vestía un chaleco amarillo, recuperado por un ciudadano y clave para la investigación. Durante la huida, abandonaron la corona de Eugenia –encontrada dañada cerca del museo–, reduciendo el botín a ocho piezas de “valor patrimonial incalculable”, según el Ministerio de Cultura. Huyeron en dos motos de alta cilindrada, abandonadas poco después, sugiriendo un plan meticuloso con conocimiento interno del Louvre, en obras de restauración que expusieron vulnerabilidades.
La fiscal de París, Laure Beccuau, no descarta un encargo de coleccionistas o despiece para vender gemas por separado, aunque prioriza la pista de crimen organizado. “Todo indica una preparación exhaustiva”, dijo a BFMTV.
Decepción turística y debate sobre seguridad: ¿El fin de un símbolo?
El cierre del Louvre –que alberga 30.000 obras, de la Venus de Milo a la Victoria Alada de Samotracia– dejó a miles de visitantes varados. “Hoy es mi cumpleaños; era mi regalo soñado”, lamentó Elisa Valentino, italiana de 31 años, a AFP, posando selfies ante la pirámide de cristal desierta. Carol Fuchs, turista estadounidense, dudó: “¿Alguna vez las encontrarán? Ya están lejos”.
El robo reaviva críticas a la seguridad francesa. Un informe del Tribunal de Cuentas (2019-2024) revela que el Louvre no actualizó equipos de protección, menos seguros que bancos pese a su estatus. En meses recientes, atracos similares golpearon museos en Lyon y Marsella. Jordan Bardella, líder de Agrupación Nacional, tuiteó: “¿Hasta dónde llegará la desintegración del Estado? Una humillación insoportable”. Nuñez anunciará refuerzos este lunes.
Alexandre Giquello, de la casa Drouot, advierte: “Imposible venderlas intactas; su valor histórico las hace intocables”. El ministro de Justicia, Gérald Darmanin, lo ve como “imagen muy negativa” para Francia.
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