La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo adoptó un tono de calma estratégica este viernes ante la repentina cancelación de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y Canadá anunciada por Donald Trump, afirmando que México «va muy adelantado» en sus propias conversaciones bilaterales con Washington y esperará a ver cómo evolucionan las tensiones entre sus socios del T-MEC.
«Vamos a esperar a ver cómo avanza la relación con Canadá», declaró en su conferencia matutina «La Mañanera del Pueblo», enfatizando que el país no se desviará de su ruta pese al «comportamiento atroz» atribuido por Trump a Ottawa.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, viajará la próxima semana a la Cumbre de Líderes de la APEC en Corea del Sur, donde sostendrá reuniones con el equipo de Trump para «cerrar algunos acuerdos», según Sheinbaum, quien evitó confirmar si México optaría por un tratado bilateral exclusivo con EE. UU. si el trilateral colapsa. Esta postura, que fusiona optimismo con cautela, llega en el umbral de una moratoria de 90 días sobre aranceles que expira a principios de noviembre, y ante una revisión del T-MEC en 2026 que podría redefinir el comercio norteamericano, donde México exporta el 83% de sus bienes a EE. UU.
Trump, en un post incendiario en Truth Social el jueves por la noche, culpó a Canadá de «comportamiento atroz» por un anuncio de la provincia de Ontario que usaba la voz de Ronald Reagan criticando aranceles, acusándolo de interferir en la Corte Suprema de EE. UU. sobre su agenda arancelaria global: «TARIFFS ARE VERY IMPORTANT TO THE NATIONAL SECURITY… ALL TRADE NEGOTIATIONS WITH CANADA ARE HEREBY TERMINATED». El primer ministro Mark Carney, quien eliminó la mayoría de aranceles retaliatorios heredados de Justin Trudeau y avanzaba en un acuerdo sobre acero y aluminio, respondió con mesura: «Estamos listos para retomar cuando EE. UU. lo esté», según un portavoz.
Esta ruptura, que ya ha provocado una caída del 2% en el índice TSX de Toronto y un repunte del 1.5% en el peso mexicano por percepción de «ventaja bilateral», complica la revisión del T-MEC en 2026, donde Trump ha amenazado con renegociar o salirse si no se resuelven «barreras no arancelarias». Sheinbaum, en su primera crisis arancelaria mayor, reiteró: «Vamos muy bien en las revisiones que plantearon; muchas no las vemos como barreras», aludiendo a más de 80 rondas de diálogo que cubren el 90% de los puntos, incluyendo energía y autos.
Ebrard, en su gira APEC (31 de octubre-1 de noviembre en Gyeongju), priorizará semiconductores y cadenas asiáticas, pero usará las sidelines para «avanzar con Lutnick y Bessent», según fuentes gubernamentales. En septiembre, Sheinbaum y Carney acordaron un T-MEC «justo y eficaz» en una visita de Estado, pero Trump lo ignoró, optando por bilateralismo.
Trump vs. Canadá: De Reagan al «comportamiento atroz»
El detonante fue un anuncio de Ontario, lanzado el 16 de octubre, que usaba un discurso de Reagan de 1987 contra aranceles: «El proteccionismo es destrucción». Trump lo tildó de «fake» y «interferencia en la Suprema Corte», que evalúa desafíos a su agenda arancelaria global (25-60% a China, 50% a Canadá/México). Carney, quien se reunió con Trump el 7 de octubre en la Casa Blanca prometiendo «duplicar exportaciones no-EE. UU.», eliminó aranceles retaliatorios y avanzaba en acero/aluminio, pero Ottawa fue notificado «minutos antes» del post de Trump, per fuentes canadienses. Marco Rubio confirmó la suspensión: «Canadá cruzó la línea; priorizamos seguridad nacional».
Esta movida, que ya impacta mercados –petróleo +1% por temores de disrupción en cadenas–, presiona a México: el T-MEC cubre 1.2 billones de dólares anuales, pero Trump ha insinuado bilateralismo si Ottawa falla. Sheinbaum: «No todas las reuniones serán trilaterales; bilaterales pueden resolver temas específicos». En septiembre, con Carney, México y Canadá formaron un «frente unido» contra aranceles, pero ahora, con la moratoria expirando, Ebrard urge «mejor posición relativa» para México.
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