Noé Pérez Urquidi, secretario general de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) en el Istmo de Tehuantepec, fue asesinado a balazos esta mañana en el centro comercial Pabellón de Salina Cruz. El ataque ocurrió tras un desayuno en el restaurante Toks, cuando descendió de su camioneta para reunirse con agremiados. La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) confirmó la agresión, iniciando investigaciones con un equipo interdisciplinario para esclarecer el homicidio, que deja un vacío en el movimiento obrero regional.
Pérez Urquidi, de 45 años, recibió al menos 12 impactos de bala en el estacionamiento, según reportes preliminares de la FGEO. Los sicarios huyeron en un vehículo sin placas, y no hubo testigos directos identificados. El Sindicato 04 de Abril, afín a CATEM, lamentó en redes: “Hoy perdimos un gran amigo y un gran líder”.
Emboscada letal: Detalles del ataque
El líder sindical, cercano al diputado morenista Pedro Haces –líder nacional de CATEM–, participaba en un desayuno con empresarios y trabajadores cuando fue emboscado.
“Salió de la camioneta y lo acribillaron a quemarropa”, relató un testigo a ADN40.
La escena, acordonada por la Guardia Nacional, mostró casquillos de 9 mm y su camioneta JAC blanca intacta.
Pérez Urquidi representaba a cientos en sectores como construcción, transporte y servicios, clave en megaproyectos como el Corredor Interoceánico del Istmo. Su rol en la escollera rompeolas de Salina Cruz lo posicionó en disputas laborales, aunque la FGEO no descarta rencillas personales o amenazas previas. A mediados de octubre, fue acusado de arrojar escombros en Las Salinas del Marqués, generando tensiones locales.
Investigaciones en marcha: ¿Disputas sindicales o crimen organizado?
La FGEO desplegó peritos, agentes del Ministerio Público y expertos en balística para generar líneas de investigación. “Se trata de un ataque dirigido; analizamos videos de vigilancia y testimonios”, informó la vicefiscalía regional del Istmo.
Salina Cruz, bajo el gobierno del PT, acumula 45 homicidios en 2025, un 20% más que en 2024, per datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Expertos vinculan la escalada a disputas por contratos federales en el Corredor Interoceánico, donde CATEM compite con sindicatos rivales.
Este homicidio se suma a una serie de ataques contra dirigentes obreros. El 27 de junio, Humberto Piza Pérez, líder de la sección 19 del SUSPEG, fue ejecutado en Acapulco, Guerrero, con 15 disparos en su vehículo. La Fiscalía de Guerrero lo atribuyó a rencillas por cuotas sindicales.
En agosto, Mario Machuca Sánchez, secretario general de la CROC en Cancún, cayó en un ataque similar. Tres presuntos sicarios –Ángel Yair “S”, Arnulfo “E” (El Nunfo) y Guillermo “N”– fueron detenidos en la CDMX, con 50 mil pesos como pago por el crimen y marihuana en su poder. El Nunfo tenía orden por robo calificado. La PGJCDMX los vinculó al cártel de los Beltrán Leyva.
Desde 2024, al menos ocho líderes sindicales han sido asesinados en México, según la OIT, en un contexto de reformas laborales que intensifican rivalidades. “La impunidad fomenta estos crímenes; urge protección federal”, alertó el Frente Nacional por la Seguridad Sindical en un comunicado.
El asesinato de Pérez Urquidi paralizó obras en el Istmo, con paros en CATEM que exigen garantías. Su familia, custodiada por la GN, prepara un homenaje el miércoles. En un puerto donde la violencia quitó 120 vidas en dos años, este caso urge acción: ¿quién protege a los que construyen el futuro? La FGEO promete resultados pronto, pero la historia sindical mexicana clama por más que promesas.
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