El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la reanudación de pruebas nucleares encendió alarmas en Moscú, Pekín y las principales capitales del mundo. Rusia advirtió que “actuará en consecuencia” si Washington rompe la moratoria, mientras China pidió a EE. UU. “cumplir sus compromisos internacionales y preservar la estabilidad global”. El tono de los mensajes sugiere un retroceso hacia la lógica de la Guerra Fría.
Rusia mantiene su moratoria, pero advierte sobre represalias
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aclaró que Rusia no ha realizado ningún ensayo nuclear, sino pruebas con dos sistemas de armamento de nueva generación con propulsión atómica: el misil de crucero Burevéstnik y el sumergible no tripulado Poseidón. Según Peskov, ambos lanzamientos fueron informados oportunamente a Washington.
“Esto no puede interpretarse de ninguna forma como un ensayo nuclear”, afirmó el vocero. Reiteró además que el presidente Vladímir Putin mantiene en pie la moratoria sobre ensayos atómicos, siempre que otras potencias respeten el mismo principio.
“Rusia es un país soberano y tiene derecho a tomar decisiones soberanas. Pero si alguien abandona la moratoria, actuaremos en función de la situación”, advirtió Peskov, en referencia directa a la instrucción de Trump de comenzar pruebas “inmediatamente”.
El Kremlin insistió en que no ha recibido una notificación formal de Washington sobre el inicio de las pruebas y descartó, por ahora, una ruptura unilateral de su moratoria. No obstante, Moscú ya había revocado en 2023 la ratificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT), manteniendo la suspensión “hasta nuevo aviso”.
Trump ordena pruebas y provoca una tormenta diplomática
A través de su red Truth Social, el presidente Trump aseguró haber ordenado al Departamento de Guerra “comenzar de inmediato” los ensayos con armas nucleares, “en igualdad de condiciones con los demás países”. No especificó si se trata de pruebas subterráneas o lanzamientos simulados, lo que ha generado confusión incluso dentro del Pentágono.
La declaración llega apenas una semana después de que Putin supervisó maniobras de sus fuerzas nucleares y celebró los “exitosos ensayos” de los sistemas Burevéstnik y Poseidón. Ambos dispositivos, según el Kremlin, son “armas de propulsión nuclear sin parangón en el mundo”.
Hasta el momento, Rusia no realiza ensayos nucleares desde 1990, mientras que EE. UU. realizó su última prueba en 1992 y China en 1996. Según un informe del Servicio de Investigación del Congreso, el gobierno estadounidense podría tardar entre 24 y 36 meses en reiniciar los ensayos si el presidente da la orden.
China llama a la calma y exige respeto al desarme internacional
Desde Pekín, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Guo Jiakun, pidió a Washington que “cumpla plenamente sus obligaciones” bajo el CTBT y “adopte acciones concretas para salvaguardar el régimen de no proliferación nuclear”.
“China espera que Estados Unidos respete sus compromisos y mantenga el equilibrio estratégico y la estabilidad global”, declaró Guo, subrayando que la posición de su país “ha sido consistente y clara”.
El gobierno chino descartó sumarse a las negociaciones trilaterales sobre desarme propuestas por Trump, y reiteró que su política prioriza la reducción gradual de arsenales bajo esquemas multilaterales.
Un mundo al borde del retroceso nuclear
La advertencia rusa y el llamado de China evidencian una creciente desconfianza internacional hacia la política nuclear estadounidense. Analistas señalan que el mensaje de Trump, más político que técnico, podría alterar el equilibrio estratégico global y reactivar una carrera armamentista detenida hace más de tres décadas.
En Moscú, la prensa cercana al Kremlin describió el anuncio de Washington como una “provocación” que “legitima la respuesta rusa si se rompe la moratoria”. En Europa, diplomáticos consultados por la prensa internacional advirtieron que la posible reanudación de pruebas “amenaza con destruir décadas de acuerdos de control de armas”.
Mientras tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU analiza convocar a una sesión de emergencia si el Pentágono confirma oficialmente el inicio de los ensayos. En palabras de un diplomático europeo, “el mundo parece dar un paso atrás hacia los fantasmas del siglo XX”.
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