La Fiscalía General del Estado de Veracruz (FGE) intensificó la caza contra Jaime Pascual Hernández Toral, el youtuber de 35 años conocido por sus videos con personas vulnerables, ofreciendo 350.000 pesos de recompensa por información que lleve a su captura. Acusado de trata de personas por presuntamente privar de libertad a Leticia Hillman Gómez –la viral «Doña Lety»–, Toral permanece prófugo desde diciembre de 2024, subiendo videos cotidianos desde un paradero desconocido que contrastan con la gravedad de las imputaciones. Mientras la FGE y la Guardia Nacional rastrean sus perfiles, el caso reaviva debates sobre la explotación en las redes: ¿ayuda solidaria o mercadeo cruel de la miseria?
El escándalo, que explotó en septiembre de 2024 con el «rescate» de Doña Lety, ha escalado a una investigación federal por trata –con fines de explotación laboral y generación de ingresos vía contenido sensacionalista–. Toral, con 3,5 millones de seguidores en YouTube, TikTok e Instagram, niega todo en lives recientes: «Dimos la mano y nos la mordieron. Doña Lety vivía conmigo como familia; la ayudamos a caminar». Pero la FGE, en un boletín del 29 de octubre, detalla: «Hernández Toral privó de libertad a la víctima para forzarla a grabar videos virales, generando ganancias millonarias». La recompensa, vía el correo [email protected] o el 800-89-06-863, busca pistas sobre su ubicación, posiblemente en Veracruz o Yucatán.
De la miseria al meme
Toral, originario de Yucatán y radicado en Tantoyuca (Veracruz), saltó a la fama en 2021 durante la pandemia, grabando «entrevistas» con personas en extrema pobreza. Doña Lety, de 62 años y con problemas de movilidad –arrastrándose por su choza de tierra–, se convirtió en su estrella involuntaria. Videos como «Increíble, rechaza mi apoyo y prefiere seguir en el suelo» o «Me corrió con todo y silla de ruedas, ¿Doña Lety finge?» acumularon millones de vistas, atrayendo donaciones y memes crueles. Toral narraba: «A través de las redes me comentaron de usted y que padece de sus facultades mentales», prometiendo ayuda que rara vez llegaba más allá de la cámara.
El quiebre llegó el 15 de septiembre de 2024: Doña Lety escapó de una casa en Tantoyuca, corrió a un vecino y denunció secuestro. Escoltada por la Guardia Nacional, contó a medios locales que Toral la tenía «encerrada y amarrada» para grabar videos forzados. Imágenes de su «rescate» –con moretones y expresión aterrorizada– se viralizaron, sumando 10 millones de vistas en TikTok. El entonces gobernador Cuitláhuac García Jiménez, en rueda de prensa, confirmó: «Se investiga a Toral por privación ilegal de la libertad y trata; sus declaraciones de López serán clave».
Tras un mes de silencio, Toral explotó en un video del 20 de octubre de 2024: «Recordemos que ella se arrastraba por las calles y tras llevarla con varios especialistas logramos que volviera a caminar». Afirmó que Doña Lety vivía con él «como familia», negando cautiverio y acusando «falsas narrativas». Pero la FGE, tras cateos en su domicilio, halló evidencias de explotación: contratos verbales para videos y retención de donaciones.
Recompensa y prófugo
Desde su fuga, Toral sube contenido inocuo: un reel del 1 de noviembre muestra la capilla de Tantoyuca con mariachis, y otro del 2 de noviembre, tamales cocinados por «vecinos en el campo». La FGE, en coordinación con Interpol México, rastrea sus IP desde el 29 de octubre, cuando emitió la ficha de búsqueda.
El caso no es aislado: Toral es sospechoso de la desaparición de su novia, Rosa Elena Pimienta Santos, de 18 años, vista por última vez el 4 de febrero de 2024 en Tantoyuca –investigación paralela por feminicidio. Doña Lety, ahora en un albergue protegido, recibe terapia; su testimonio clave: «Me obligaba a fingir para los likes; no era ayuda, era show».
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