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    Plan Michoacán por la Paz y la Justicia: el giro civil de Claudia Sheinbaum frente a la violencia

    La presidenta Claudia Sheinbaum presentó el 4 de noviembre de 2025 el “Plan Michoacán por la Paz y la Justicia”, una estrategia integral que busca atender la violencia en el estado desde las raíces sociales y no desde la confrontación militar. El anuncio llega tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, y promete ser un nuevo modelo nacional para construir seguridad con justicia, desarrollo y respeto a la vida.

    Una respuesta civil a una crisis sin tregua

    Michoacán, uno de los estados más golpeados por el crimen organizado, vuelve a estar en el centro de la agenda nacional. Tras el asesinato del alcalde Carlos Manzo Rodríguez, ocurrido el 1 de noviembre durante un acto público en Uruapan, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció un viraje en la estrategia federal: un plan “para la paz, no para la guerra”.

    Durante su conferencia matutina —denominada “La Mañanera del Pueblo”—, Sheinbaum afirmó que el objetivo es “construir la paz con justicia, desarrollo y respeto a la vida”, dejando atrás los esquemas basados únicamente en la fuerza armada.

    “La seguridad no se sostiene con guerras, sino con justicia”, declaró. “La paz no se impone con la fuerza, se construye con las personas, con las comunidades y con el trabajo cotidiano de quienes aman su tierra.”

    El Plan Michoacán por la Paz y la Justicia beneficiará directamente a más de 4 millones de habitantes y se implementará con la participación de pueblos originarios, mujeres, jóvenes, víctimas y el sector productivo. El gobierno federal iniciará mesas de consulta en municipios clave antes de la presentación final del documento técnico.

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    Tres ejes para reconstruir Michoacán desde las raíces

    El plan se articula en tres grandes ejes, que combinan seguridad, desarrollo económico y educación para la paz.

    1. Seguridad y Justicia

    • Refuerzo de la presencia federal en zonas críticas como Tierra Caliente y Uruapan.
    • Creación de fiscalías especializadas en delitos de alto impacto, enfocadas en homicidios y extorsiones.
    • Mesas de seguridad quincenales entre autoridades federales, estatales y municipales.
    • Implementación de un sistema de alerta temprana para alcaldes amenazados, con protección inmediata.
    • Programas de inteligencia y líneas anónimas para prevenir secuestros y extorsiones.
    • Fortalecimiento operativo de la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).

    Sheinbaum destacó que esta vez el enfoque será de coordinación y prevención, no de militarización: “No venimos a ocupar territorios, venimos a recuperarlos junto a la gente”, aseguró.

    2. Desarrollo Económico con Justicia

    • Salarios dignos y seguridad social para jornaleros agrícolas en zonas productoras de aguacate, berries y limón.
    • Inversión en infraestructura rural: caminos, electrificación y agua potable.
    • Creación de “polos de bienestar” en alianza con el sector privado para generar empleos formales.
    • Apoyo a productores locales que enfrentan extorsión, promoviendo cooperativas y economía social.

    Este segundo eje busca atacar el problema desde su raíz: la dependencia económica del crimen en comunidades donde la extorsión, la tala ilegal y el “cobro de piso” son la norma. Según la mandataria, el Estado debe ofrecer alternativas reales: “Cuando hay trabajo y justicia, el crimen pierde terreno.”

    3. Educación y Cultura para la Paz

    • Construcción de escuelas y centros comunitarios con enfoque en cultura de paz.
    • Programas deportivos y recreativos para prevenir el reclutamiento de jóvenes.
    • Atención integral a víctimas de violencia, con reparación del daño y apoyo psicológico.
    • Becas universitarias para mujeres y jóvenes indígenas.
    • Campañas culturales y festivales por la paz en municipios con alta incidencia delictiva.

    El gobierno plantea convertir la educación en “el escudo de largo plazo contra la violencia”.

    Contexto: entre la esperanza y la desconfianza

    El anuncio del plan ocurre en un momento crítico para Michoacán. En lo que va de 2025, el estado ha registrado un repunte de homicidios dolosos, extorsiones y ataques a autoridades locales. Solo en los últimos cinco años, siete alcaldes han sido asesinados en la entidad, y la impunidad supera el 90%.

    El asesinato de Carlos Manzo Rodríguez, alcalde de Uruapan, fue el detonante político. Días antes de su muerte, Manzo había advertido públicamente sobre “levantamientos armados ciudadanos” si no mejoraba la seguridad. Su ejecución, durante las celebraciones del Día de Muertos, desató protestas en la región y exigencias de justicia.

    Sheinbaum respondió rechazando “el uso político del dolor” y asegurando que “el gobierno federal no se victimizará, pero tampoco será indiferente”.

    Reacciones divididas: apoyo social y críticas políticas

    En redes sociales y medios nacionales, el Plan Michoacán por la Paz y la Justicia generó reacciones mixtas.
    Organizaciones sociales y comunidades indígenas expresaron respaldo por el enfoque humanista, mientras que críticos opositores lo calificaron como “una versión reciclada” de programas anteriores.

    El senador michoacano Armando Tejeda (PAN) afirmó que “sin resultados en seguridad, cualquier plan es solo discurso”, mientras que el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio, celebró la iniciativa: “Por fin un gobierno habla de paz sin fusiles.”

    En Uruapan, colectivos ciudadanos continúan manifestándose por el asesinato de Manzo y reclaman que el plan incluya mecanismos de protección inmediata para alcaldes y servidores públicos en riesgo.

    Un experimento nacional con sello humanista

    Aunque está diseñado para Michoacán, el plan podría convertirse en modelo de seguridad comunitaria a nivel nacional. Funcionarios federales confirmaron que habrá programas piloto en Guerrero y Chiapas, estados con problemáticas similares.

    El gobierno prevé que el documento final se presente oficialmente el fin de semana del 9 o el lunes 10 de noviembre, con participación de representantes de comunidades purépechas, cooperativas agrícolas y universidades locales.

    El reto, según analistas, será pasar del discurso a la implementación. La violencia en Michoacán tiene raíces profundas: desigualdad, impunidad y captura del territorio por parte del crimen.

    “La paz no se decreta, se construye. Pero es un paso que debía darse”, escribió el diario La Voz de Michoacán en su editorial del 5 de noviembre.

    Datos clave

    • Nombre: Plan Michoacán por la Paz y la Justicia
    • Anuncio oficial: 4 de noviembre de 2025
    • Anunciante: Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo
    • Objetivo: Reducir la violencia en Michoacán desde un enfoque social y no militar
    • Población beneficiada: Más de 4 millones de habitantes
    • Ejes centrales: Seguridad y justicia, desarrollo económico, educación y cultura de paz
    • Contexto: Asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez
    • Próxima etapa: Presentación formal del plan y asignación presupuestal


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