Un hombre fue detenido tras acosar a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, durante un recorrido a pie por el Centro Histórico de Ciudad de México, cerca de Palacio Nacional. El sujeto, aparentemente ebrio, intentó besarla por la espalda y abrazarla sin su consentimiento, mientras la mandataria saludaba a ciudadanos. El incidente fue captado en videos que muestran la tensión de Sheinbaum ante el ataque.
Acción inmediata del equipo de seguridad y traslado del agresor
La presidenta se dirigía a la primera reunión nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior en la Secretaría de Educación Pública (SEP) y eligió caminar a pie, dada la cercanía de Palacio Nacional. Durante ese trayecto, el agresor aprovechó la cercanía de otros ciudadanos para acercarse a Sheinbaum y cometer el intento de abuso.
El equipo de seguridad de la mandataria intervino de inmediato y detuvo al sujeto. Posteriormente, autoridades federales confirmaron que el agresor fue identificado como Uriel Rivera Martínez y fue remitido al Registro Nacional de Detenciones antes de ser entregado a la Fiscalía de Delitos Sexuales de la Ciudad de México. Fuentes penales precisaron que se trató de un caso de abuso sexual flagrante según el Código Penal local.
Contexto sobre acoso y violencia sexual en México
El episodio refleja un problema generalizado en el país. Según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2024, el 15.5 % de las mujeres en México ha vivido acoso sexual, manoseo, exhibicionismo o intento de violación, cifra cinco veces mayor que la registrada entre hombres (3.2 %). Más de 70 % de las mujeres mayores de 15 años han enfrentado algún tipo de violencia: psicológica (52 %), física (35 %) o sexual (48 %).
Especialistas y autoridades consideran que existe un subregistro de más del 90 % debido a que muchos casos no se denuncian. El incidente con Sheinbaum, aunque se resolvió de manera inmediata, pone de manifiesto la vulnerabilidad de figuras públicas frente a agresiones sexuales y la importancia de protocolos de seguridad, así como de políticas efectivas para prevenir el acoso en espacios públicos.
Las autoridades capitalinas y federales han reforzado los protocolos de seguridad para figuras públicas y destacaron que se investigará si hubo negligencia en el resguardo de la presidenta. Por su parte, organizaciones civiles han exigido medidas más estrictas para prevenir este tipo de agresiones y garantizar que los delitos sexuales no queden impunes.
Analistas coinciden en que el caso genera un debate sobre la exposición de funcionarios y ciudadanas en espacios públicos, y evidencia la necesidad de políticas más efectivas para enfrentar la violencia de género y garantizar la seguridad en la vía pública. La reacción inmediata de seguridad permitió contener el incidente, pero no evita que se plantee la urgencia de un plan integral para proteger a todas las personas frente a agresiones sexuales.
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