El secretario de Ecología y Medio Ambiente de Quintana Roo, Óscar Rébora, confirmó que inspecciones conjuntas con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) descartaron reproducción ilegal de mamíferos marinos en delfinarios locales, tras la reforma a la Ley General de Vida Silvestre (LGVS) que prohíbe esta práctica desde junio de 2025.
«Al momento no hay violación a la reforma. Lo que vemos es la necesidad de articular esfuerzos entre gobierno federal, estatal, delfinarios y organizaciones ambientalistas para una transición responsable», declaró Rébora el 6 de noviembre de 2025.
La reforma al artículo 60 Bis de la LGVS veta el uso de mamíferos marinos en espectáculos, su reproducción con fines comerciales y su aprovechamiento lucrativo. Los delfinarios existentes deben cerrar gradualmente, al concluir el ciclo de vida de los ejemplares actuales, sin permitir nuevos nacimientos.
Inspecciones y amparos
Rébora detalló que, aunque los nados con delfines persisten, están «muy limitados» para evitar estrés animal. «Se prioriza el bienestar; no hay crías ilegales», enfatizó. Sin embargo, reconoció que la rapidez en la aprobación legislativa abrió la puerta a amparos de empresas, que buscan proteger inversiones.
«Estamos delineando estrategias para una transición tersa, salvaguardando a los especímenes», agregó.
Quintana Roo alberga la mitad de los 300 delfines en cautiverio en México, per datos de la Semarnat, concentrados en Cancún, Riviera Maya y Cozumel.
Inspecciones de Profepa en 2025 verificaron 12 delfinarios; ninguno reportó nacimientos post-reforma. Organizaciones como Delfines en Libertad celebran: «Es un avance histórico; ahora, hacia santuarios», tuiteó su directora, Ana López.
Hacia santuarios
Parte de la coordinación apunta a reconvertir delfinarios en santuarios de protección. «No cerraremos de golpe; los animales no pueden liberarse de inmediato por dependencia», explicó Rébora. Expertos de la UNAM estiman 20-30 años para el cierre total, dado que delfines viven 40-50 años en cautiverio.
La reforma, impulsada por Morena y aliados, responde a denuncias de crueldad. En 2024, un delfín murió en Delphinus Xcaret por estrés, generando protestas. Datos de la CNDH registran 15 quejas anuales por maltrato en delfinarios.
Empresas como Dolphin Discovery y Ventura Park, con amparos activos, argumentan pérdidas de 500 millones de pesos anuales y 2,000 empleos directos. «Buscamos diálogo para reconversión sostenible», dijo su vocero a Reforma.
Impacto en el turismo
Quintana Roo recibe 1.5 millones de turistas anuales en delfinarios, generando 300 millones de dólares, per Sectur. La transición podría redirigir a ecoturismo: avistamiento de delfines en libertad en Holbox o Isla Mujeres.
«Convertir en santuarios atraería turismo ético, como en Hawái», propone Rébora. La Semarnat planea fondos federales para rehabilitación de ejemplares.
En Cozumel, el parque Chankanaab ya explora modelos de observación sin interacción. «El futuro es conservación, no espectáculo», concluye el funcionario.
Con reproducción ilegal descartada, Quintana Roo lidera la adaptación. De piscinas a santuarios: los delfines nadan hacia un nuevo horizonte. El Caribe mexicano, listo para el cambio.
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