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    China suaviza su control de metales estratégicos y reanudará exportaciones a EE. UU. por un año

    China decidió levantar temporalmente la prohibición a la exportación de galio, germanio y antimonio hacia Estados Unidos, en una medida que busca reducir las tensiones comerciales entre ambas potencias. El alivio durará un año, hasta noviembre de 2026, y permitirá la emisión de licencias generales para la venta de estos materiales clave para la industria tecnológica y militar.

    Pekín y Washington acuerdan reducir restricciones tras meses de tensión

    El Ministerio de Comercio chino informó que la suspensión de la medida, vigente desde diciembre de 2024, responde a los acuerdos alcanzados a finales de octubre entre los gobiernos de Xi Jinping y Donald Trump. Según el comunicado oficial, la prohibición de exportar productos de “uso dual” civil y militar queda sin efecto hasta el 27 de noviembre de 2026.

    El anuncio implica que China reanudará las ventas de galio, germanio y antimonio, metales considerados críticos para la fabricación de semiconductores, paneles solares y equipos de defensa. Estos materiales habían sido objeto de fuertes controles por parte de Pekín, que desde 2023 había impuesto licencias obligatorias para su venta internacional.

    Washington celebró la decisión al señalar que “la licencia general supone la retirada de facto de los controles impuestos por China desde 2023”. El Departamento de Comercio estadounidense añadió que esta medida facilitará el suministro global de materiales estratégicos y aliviará la presión sobre las cadenas de valor de la industria de chips.

    La nueva etapa comercial busca estabilidad en la cadena tecnológica global

    El levantamiento temporal de las restricciones ocurre en un contexto de fragilidad económica global y creciente competencia por el dominio tecnológico. El galio y el germanio son esenciales para la producción de chips de alta frecuencia, mientras que el antimonio se usa en baterías, materiales ignífugos y aleaciones industriales.

    China es el mayor productor mundial de estos tres metales, y su control de exportaciones había generado alarma entre fabricantes de semiconductores y automotrices en EE. UU., Europa y Japón. Con esta medida, Pekín busca proyectar una imagen de cooperación y reducir el impacto de las sanciones impuestas por Washington contra sus empresas tecnológicas.

    Además del levantamiento de restricciones, ambos países acordaron rebajar algunos aranceles y suspender temporalmente medidas punitivas sobre las tierras raras y el grafito, otros materiales de alto valor estratégico. También se anunció una moratoria a las tasas portuarias y el relanzamiento de intercambios agrícolas bilaterales, un gesto que apunta a reconstruir confianza económica.

    De acuerdo con analistas consultados en medios chinos, la medida representa “una tregua técnica, no una rendición”. Subrayan que China podría restablecer los controles en cualquier momento si percibe nuevas sanciones estadounidenses o intentos de limitar sus exportaciones de alta tecnología.

    La industria global de semiconductores, sin embargo, recibió la noticia con optimismo. Empresas proveedoras de materiales y fabricantes de chips anticipan que el levantamiento del veto reducirá los costos de producción y evitará cuellos de botella en la cadena de suministro durante 2026.

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